Todos sabemos que los dinosaurios experimentaron un evento de extinción masiva hace 66 millones de años, pero empeoró. Hace 251,9 millones de años hubo una extinción aún peor.
Llamada la "extinción masiva del Pérmico tardío" o "la Gran Muerte", este evento de extinción masiva acabó con alrededor del 90% de las especies marinas del planeta y el 75% de las terrestres. Si bien los científicos sospecharon durante mucho tiempo que se debía a erupciones volcánicas en lo que ahora es Siberia, hasta ahora no podían explicar exactamente cuál era la causa exacta.
El estudio de la gran extinción
En una articulo nuevo publicado Nature Communications el "caso" está resuelto. Después de extensas erupciones en el área de la actual Siberia, enormes nubes de partículas de níquel convertidas en aerosoles se han dispersado en el aire y el agua. Una catástrofe medioambiental de proporciones apocalípticas.
El documento, una colaboración entre científicos estadounidenses, canadienses, chinos y suizos, señala con el dedo los enormes depósitos de sulfuro de níquel de Noril'sk en la cuenca de Tunguska. Son ellos los que han liberado a la atmósfera voluminosos gases volcánicos ricos en níquel. Fue el comienzo de la cadena de eventos que llevó a la extinción masiva de la vida en la Tierra.
El estudio se basa en el análisis de isótopos de níquel en rocas sedimentarias del Pérmico tardío recogidas en el lago Buchanan en Sverdrup, en el Alto Ártico canadiense. Lo notable de las muestras de rocas es que tenían las proporciones de isótopos de níquel más ligeras jamás medidas. Es este detalle el que llevó a los científicos a concluir que el níquel se propagó en forma de partículas aerosolizadas desde un volcán.
El efecto mortal de las partículas de níquel
Simple y cruel: cuando el níquel entró al agua, devastó el ecosistema submarino.
El coautor del estudio, el profesor Laura Wasylenky de la Universidad del Norte de Arizona, ja explicado que “el níquel es un metal esencial para muchos organismos. Sin embargo, un exceso de su presencia ha provocado un aumento inusual de la productividad de los metanógenos, microorganismos que producen metano. El aumento de metano ha sido tremendamente dañino para la adicción al oxígeno de por vida ".
Una sentencia de extinción para criaturas tanto dentro como fuera del agua. El profesor cree que los datos ofrecen evidencia directa que vincula los aerosoles ricos en níquel, los cambios en el océano y la extinción masiva que siguió.
Ahora tenemos evidencia de un mecanismo de muerte específico.
Profesor asociado NAU Laura Wasylenky.
Lo que se pensaba anteriormente sobre la "Gran Muerte"
Estudios anteriores indicaron diferentes efectos de las erupciones volcánicas. Entre las hipótesis un calentamiento general del planeta y la acidificación de los océanos. La extinción surgió del colapso simultáneo de prácticamente todos los procesos que sustentan la vida.