Los ejecutivos, proveedores y reguladores automotrices han sido prometedores durante años tecnología de conducción autónoma evitará la gran mayoría de accidentes. Sin embargo, solo no es suficiente, y tampoco lo es el viejo airbag. El concepto de Life Cell se abre camino: eso es lo que es.
Aunque la IA al volante sería más confiable que los humanos, los sistemas de conducción autónomos son absolutamente incapaces de eliminar todos los accidentes, especialmente en las primeras etapas de su uso.
De vez en cuando, los coches de mañana se estrellarán y se producirán lesiones. Pero, como se mencionó, nuestra mejor defensa, el confiable airbag, puede no funcionar tan bien para protegernos si los interiores de planta abierta que hemos visto en los autos conceptuales son una realidad. El airbag necesitará un cambio de imagen.
Life Cell, la evolución de la seguridad
Los airbags modernos hacen que los ejemplos de principios de los 70 parezcan primitivos. Reciben información de docenas de sensores de seguridad para ajustar el inflado según el tamaño del ocupante, la posición del asiento, el uso del cinturón de seguridad y la gravedad del accidente.
En los autos de hoy en día están estratégicamente colocados alrededor de nuestros asientos para proteger el pecho, la pelvis, el cuello y las rodillas en caso de accidente. Pero estos airbags están diseñados para personas que se sientan erguidas mirando hacia adelante, no para las que están acostadas o mirando hacia el asiento trasero. En otras palabras, los modelos de cabina más probados para los vehículos autónomos del mañana.
Anticipándose a este futuro, la empresa sueca Autoliv ha ideado un prototipo de airbag que protegerá a los ocupantes independientemente de su orientación. Se llama Life Cell.
Un escudo inflable
Life Cell es, de hecho, una carcasa “monobloque” que sale directamente del reposacabezas y de los cojines laterales de cada asiento, formando un escudo acolchado.
Más: una especie de jaula alrededor de la parte superior del cuerpo del pasajero. La fase de diseño actual de Life Cell apunta sobre todo a identificar el alcance de la protección y el mecanismo de funcionamiento.
Tendrá sentido en los vehículos autónomos de nivel 5. No espero ver esto en los vehículos de producción durante bastante tiempo, pero también podría inspirar mejoras en los airbags actuales.
Por ejemplo, Autoliv diseña una cama de protección también para peatones, que se infla hacia afuera desde el parabrisas, evitando graves consecuencias para la cabeza de una persona atropellada.