Te lo dije hace mucho tiempo, en uno de los posts más leídos del blog, el ranking de los rascacielos más altos del mundo. Imagina que todo ese mar de vidrio es capaz de recolectar energía del sol.
Es una visión futurista que pronto podría convertirse en realidad. La clave está en crear paneles solares transparentes que, cuando se colocan en ventanas, recogen energía del sol. Básicamente, la versión solar de la capa de invisibilidad de Harry Potter.
Incluso las pantallas de los teléfonos inteligentes podrían estar equipadas con estos paneles para recuperar parte de la energía y prolongar la vida útil de la batería.
Paneles solares transparentes: nuevo récord de eficiencia
Los investigadores han establecido nuevos récords de rendimiento para las células solares transparentes de color neutro. Hoy tenemos una eficiencia del 8,1%: es un salto loco si se considera el 2-3% anterior. La transparencia también establece un récord de eficiencia con un 43,3%, gracias a un diseño orgánico basado en carbono en lugar de silicio convencional.
Actualmente el vidrio de las fachadas de los rascacielos tiene un revestimiento que sirve para reflejar y absorber parte de la luz para reducir el brillo y el calor en el interior. En lugar de desperdiciar esta energía, los paneles solares transparentes podrían aprovecharla.
“Las ventanas, que se encuentran en la fachada de cada edificio, son un lugar ideal para las células solares orgánicas porque ofrecen algo que el silicio no puede. Una combinación de altísima eficiencia y altísima transparencia visible ”, explican Esteban Forrest, profesor universitario de ingeniería y Pablo G. Goebel, profesor de ingeniería.
Hacia el próximo hito
UbiQD, una empresa de materiales avanzados de Nuevo México, continúa su desarrollo de paneles solares transparentes que no se pueden distinguir del vidrio normal. El secreto es el uso de Puntos cuánticos, "Puntos cuánticos". Partículas microscópicas que tienen la capacidad de manipular la luz para aprovechar la energía.
Son súper nanopartículas de material: para cubrir la superficie de una uña se necesitarían unas 100.000. Esta tecnología puede cambiar las reglas del juego para reducir cargas masivas de grandes redes eléctricas y quizás también sea una parte integral de la planificación de ciudades futuras que funcionarán con energía solar.