Todavía está un poco inseguro como un niño novato: coge una frambuesa de la planta, la lleva lentamente a una canasta y la suelta. Se tarda un minuto en pagar, mucho tiempo para una máquina que cuesta casi 1 millón de euros en desarrollo, pero Robocrop será el futuro en la cosecha de frutas.
Según Fieldwork Robotics, una empresa nacida dentro de la Universidad de Plymouth, cada robot podrá recolectar más de 25.000 moras por día. (contra los 15.000 recaudados por un hombre en 8 agotadoras horas de trabajo). El número de temporeros empieza a agotarse, e incluso los recursos "importados" de Rumanía y Polonia tienden ahora a quedarse en casa en lugar de salir del país: por esta razón, las alternativas robóticas no tardarán en llegar.
1 metro ochenta, brazo robótico y ruedas, el tipo de metal comenzó sus pruebas en una granja en West Sussex y en una ubicación en China (se enfoca en tomates y coliflores allí): guiado por sensores y cámaras 3D, Robocrop utiliza una forma de IA para perfeccionar su control sobre frutas individuales simplemente analizando la forma (se tarda unos 10 segundos en evaluarla).
La versión final de la máquina, en producción desde 2020, tendrá cuatro brazos.
Ni que decir tiene: un robot no se cansa, trabaja al menos 20 horas al día y actualmente el único obstáculo es mantener intacto el rendimiento de las cámaras día y noche. Los agricultores pagan entre 1.5 y 4 € por un kilo de moras cosechado por trabajadores humanos: Fieldwork puede alquilar sus robots por un precio más bajo.
Son noticias agridulces para el Reino Unido: por un lado, otra confirmación más de que la robotización reducirá cada vez más el trabajo humano. Por otro lado, la conciencia de que la tecnología también puede suplir la falta de recursos humanos, y este es el caso específico: la agricultura británica requiere 70.000 temporeros al año, y actualmente no tiene suficiente personal de 6000 unidades.
Inglaterra no será la única que sufrirá estas deficiencias: con la población cada vez más concentrada en las zonas urbanas, será cada vez más difícil contratar trabajadores estacionales para las zonas rurales.
También se está estudiando el uso de robots para la siembra, el ordeño y el arado, y todo apunta a que esta es la tendencia a largo plazo para la agricultura y la ganadería.
La Pequeña empresa de robots, una compañía de Salisbury, está probando tres robots diferentes con una forma extraña de arañas equipadas con ruedas capaces de sembrar, regar y monitorear los campos de trigo con más eficiencia, menos consumo de agua y menos pesticidas.
En los próximos 10 años veremos un cambio entre dos tipos diferentes de trabajo: el manual y el más común caerán dramáticamente, mientras que surgirá la necesidad de figuras de trabajo técnico y especializado en el mantenimiento de estas máquinas.