En el campo de refugiados de Dzaleka, en Malawi, hay un proyecto realmente bonito e interesante, liderado por una organización de mujeres llamada “Mujeres por la Acción”. El objetivo es abordar la inseguridad alimentaria mediante la acuaponía, una técnica agrícola que combina la acuicultura con el cultivo de plantas en el agua.
Una iniciativa que no solo tiene como objetivo proporcionar alimentos, sino también dotar a las mujeres de habilidades esenciales para su futuro.
El ascenso de Mujeres por la Acción
En el corazón del campo de refugiados de Dzaleka, brilla un faro de esperanza e innovación. Esta luz está encarnada por Mujeres para la Acción, una organización liderada por mujeres que ha tomado la iniciativa de abordar uno de los desafíos más apremiantes del campo: la incertidumbre alimentaria. ¿Como? A través de un proyecto de acuaponía que no sólo pretende nutrir, sino también entrenar.
Cecilia Pango, fundador y gerente de la organización, compartió la visión de este proyecto. La colaboración con el Fondo de innovación liderado por refugiados de la ONU tiene dos objetivos. Primero, proporcionar alimentos para al menos 1000 personas. En segundo lugar, y quizás lo más importante, proporcionar a las mujeres las herramientas que necesitan para trabajar en puestos directivos y de marketing.
Acuaponia: una solución sostenible
"La acuaponía nos permite cultivar hortalizas fuera del suelo", explica Cécile. Esta técnica, que a muchos podría parecer futurista, es en realidad una solución sostenible y eficiente para la agricultura.
En la primera fase del proyecto, 100 mujeres y 6 hombres recibieron una formación adecuada. La segunda fase, actualmente en marcha, implica la construcción de una instalación de acuaponía. ¿Y el tercero? La introducción del pescado. “Los peces se criarán en agua y esta agua nutrirá a las verduras. Por eso es un proyecto sostenible”, afirma. Cécile con entusiasmo. Así es, hablamos de eso. varias veces.
Colaboración y soporte
Como se mencionó, la colaboración con el Fondo de innovación liderado por refugiados fue crucial para el éxito del proyecto. Érika Pérez Iglesias, que lidera el fondo, destaca la importancia de este tipo de colaboración. No se trata sólo de financiación, sino también de apoyo a la gestión de proyectos, experiencia técnica y creación de redes.
A medida que el sol se pone sobre el campo de refugiados de Dzaleka, el futuro parece prometedor. Gracias a iniciativas como la de Mujeres para la Acción, las mujeres no sólo tienen la oportunidad de alimentar a sus familias, sino también de construir un futuro mejor para ellas y su comunidad. El futuro comienza con el conocimiento.
Para decirlo en chewa (o chichewa), el idioma que se habla en Malawi “Zikomo kwambiri”. ¡Así se dice "Buena suerte"!