Un terremoto, como un rayo, golpea de manera impredecible. Las placas tectónicas de la Tierra, sin embargo, esconden sutiles advertencias de que una falla importante podría romperse pronto. Al igual que predecir una tormenta eléctrica, saber leer estos letreros podría ayudar a las comunidades a proteger las vidas, la infraestructura y las economías locales.
Durante décadas, los científicos han luchado por proporcionar predicciones confiables para los principales puntos críticos de terremotos, pero ahora un equipo internacional de científicos dirigido por la Universidad de Texas en Austin se ha embarcado en una nueva iniciativa para que eso suceda.
"Estamos tratando de que el sistema prediga cada terremoto a través de la física", dice el líder del proyecto. Thorsten Becker, profesor de la Escuela de Geociencias Jackson de UT.
¿Cinco años para predecir un terremoto?
El proyecto de cinco años, financiado por National Science Foundation (NSF), desarrollará nuevas herramientas informáticas, software y materiales didácticos centrados en el modelado de predicciones. El equipo también capacitará a estudiantes, llevará a cabo seminarios y reclutará nuevos geocientíficos computacionales aprovechando grupos de talentos desatendidos y llegando a comunidades desatendidas.
L'obiettivo final? El desarrollo de modelos informáticos capaces de predecir la probabilidad de un terremoto y su probable impacto. Algo similar a lo que se usa para predecir el clima, pero en escalas de tiempo más largas.
Becker no espera ver "pronósticos meteorológicos" de un terremoto dentro de cinco años, no. Nada ya tan extendido y desarrollado en tan poco tiempo. Pero cree que la idea ahora es técnicamente posible. Aún queda mucho por entender sobre la física que gobierna un terremoto, este es el ingrediente clave en un proceso de pronóstico.
Pruebas para afinar el modelo de TI
Los científicos de UT colaborarán con investigadores de universidades y laboratorios nacionales que trabajan en tres de los puntos críticos de terremotos del mundo: Pacífico Noroeste, Nueva Zelanda y Japón. Los sitios seleccionados son todas zonas de subducción, lugares donde se encuentran las placas tectónicas. Las diferencias entre ellos permitirán a los investigadores probar sus modelos y averiguar qué condiciones buscar para decidir si es probable que se produzca un terremoto.
Las zonas de subducción son importantes porque son los sitios de los terremotos más poderosos del mundo y pueden desencadenar tsunamis peligrosos, como el que siguió al terremoto del Océano Índico de 2004 que mató a casi 250.000 personas en 14 países.
Desafíos a superar
No es fácil monitorear todas las áreas "calientes" que pueden conducir a un pronóstico efectivo de un terremoto. A menudo se encuentran en alta mar y están sujetos a fuerzas geológicas profundas que tardan de cientos a millones de años en desarrollarse, en escalas desde fracciones de un centímetro hasta miles de millas. Es por eso que los científicos de terremotos recurren a las computadoras para simular fallas y sus configuraciones tectónicas. El nuevo proyecto tendrá como objetivo llenar los vacíos actuales y hacer que las simulaciones sean mucho, mucho, mucho más fiables.
"Es como calcular la probabilidad de una pandemia", dice. Laura Wallace, investigadora del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas. "No se puede saber cuándo y dónde ocurrirá el próximo terremoto, pero se pueden observar los factores que lo hacen más probable y predecir cómo se desarrollará".