El concepto de 'embalaje' fue un cruce y deleite de todo el desarrollo industrial: por un lado garantizó una mejor, más rápida y más amplia distribución y almacenamiento de alimentos, por otro lado contribuyó a formar una generación (más de una para ser honesta) "desechable" acostumbrada a no reutilizar nada y usar cosas rápida y rápidamente.
En cualquier caso, la virtud está en el medio: necesitamos paquetes y contenedores, los necesitaremos cada vez más. Aquí hay 5 tendencias que podríamos encontrar en el empaque del futuro.
1. Contenedores inteligentes con electrónica integrada
La antigua frase "para ser consumido" puede ser reemplazada por sensores que indicarán de forma independiente cuando un producto ya no es comestible. Con esta mayor precisión, se reducirá el desperdicio de alimentos, que a veces aún se puede utilizar cuando se desecha. La logística de la tienda se optimizará con el advenimiento masivo de los RFID, que ayudarán a los puntos de venta a reducir la cantidad de productos pedidos y no vendidos.
Los envases 'electrónicos' contarán con un canal de comunicación privilegiado con los nuevos electrodomésticos 'inteligentes': imagina un "smartfridge" que nos actualice sobre la calidad de la comida que contiene, sugiere menús con los ingredientes presentes y tal vez nos avise cuando los hay. para volver a comprar algo que ya no es comestible.
2. Porciones hechas a medida y sobre la marcha
Con el aumento de familias 'nucleares' compuestas por un solo individuo (y el consecuente cambio de estilos de vida, menos regulares y más dinámicos) será difícil lidiar con engorrosos paquetes familiares. ¿Por qué comprar 10 huevos cuando solo puedes comer 2? Con envases individuales y nuevos formatos, el desperdicio de alimentos podría reducirse drásticamente, solo una pequeña ley. En resumen, solo tienes que quererlo.
3. Paquetes personalizados
Uno de los principales elementos del packaging es la capacidad de 'contar' el producto: la necesidad del consumidor de conocer el origen de un alimento y la cadena alimentaria que lo trajo a su mesa es cada vez mayor. Seremos testigos de un uso aún más amplio de elementos 'emocionales' y 'familiares' en el empaque: en este caso, pronto habrá un cambio en la 'percepción', con un empaque que a veces es menos atractivo y colorido pero más cercano a la apariencia de los objetos naturales ( piedras, madera) e incluso embalajes 'personalizados' que se adaptan a los gustos del comprador. Las latas de refrescos y los frascos de chocolate son solo la etapa embrionaria de un proceso mucho más grande.
4. Embalaje sostenible
Para la opinión pública (no equivocadamente) los envases desechables son una de las principales causas del aumento de residuos y un símbolo de un estilo de vida insostenible: por ello, el futuro está hecho de materiales ecológicos y ligeros como las biorresinas. o materiales "verdes" en lugar de envases de plástico. No se excluye una vuelta al 'vacío para hacer' tan popular hace 30 años. Hoy sería una bendición.
5. Realidad aumentada
Si queremos arriesgar una predicción un poco más allá, el empaque también puede servir para sugerir la experiencia de usar un producto. La llegada de nuevos dispositivos de realidad aumentada (hermanos o más probablemente hijos de las “Google Glass”) abrirá posibilidades casi ilimitadas para rodear un producto de símbolos, imágenes, características de su “mitología”.
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El factor de éxito de todas estas tendencias será la capacidad de un paquete de dar sentido y cuerpo a la 'historia' de un producto, con valores compartidos también por los compradores. La comunicación, la empatía y sobre todo el compartir serán fundamentales: a esto le añado un toque de elasticidad. Los consumidores se están volviendo cada vez más “fragmentados” y articulados en su demanda. Los diseñadores asumen el desafío de los productos percibidos cada vez más como 'personales' y 'propios'.