La historia de Hyperloop One es una historia de ambición, innovación y desafíos inesperados. Partiendo de una idea futurista de Elon Musk y gracias al apoyo de inversores como Richard Branson, Hyperloop One se propuso cambiar el mundo del transporte para siempre. Con una inversión de 450 millones de dólares, el proyecto prometía hacer realidad el sueño de un tren hipersónico.
Sin embargo, detrás del aura de progreso y posibilidades, se escondían dificultades que finalmente sellaron el destino de la empresa. ¿Cual? Llegaremos allí lentamente.
Orígenes y desarrollos iniciales
El concepto Hyperloop nació, como se mencionó, de una conversación entre Elon Musk y el inversor Shervin Pishevar en 2012. La idea era crear un tren de muy alta velocidad, capaz de viajar en un tubo de baja presión, reduciendo drásticamente los tiempos de viaje entre ciudades.
Musk, que ya estaba involucrado con SpaceX y Tesla, decidió hacer públicas sus ideas, estimulando el interés de otros emprendedores. Tecnologías Hyperloop, posteriormente renombradas Hyperloop One, fue fundada por Pishevar e Brogan Bambrogan, un ex ingeniero de SpaceX. Con una financiación inicial de 9 millones de dólares, la startup comenzó a convertir el sueño en realidad. Y también tuvo un buen comienzo: Hyperloop One obtuvo importantes inversiones y asociaciones estratégicas, incluida la del Virgin Group de Richard Branson, que llevó a una renovación de la marca como Virgin Hyperloop One.
Pruebas técnicas y esperanzas.
Hyperloop One ha logrado grandes avances al demostrar la viabilidad técnica de su sistema. Su cápsula de demostración, XP-1, estableció récords mundiales de velocidad, alcanzando 387 km/h. Además, la tecnología de esclusa de aire desarrollada mostró cómo se podía insertar un vehículo en un tubo despresurizado, un elemento crucial para el funcionamiento del sistema.
Además de los éxitos técnicos, el tren “presurizado” se enfrentó, por supuesto, a retos considerables. El mayor, sin embargo, no fue de carácter técnico. Se trata de la dificultad de conseguir contratos para construir un sistema Hyperloop que funcione. Los altos costos, las preocupaciones regulatorias y las complejidades de ingeniería han presentado obstáculos importantes, lo que ha ralentizado el progreso hacia la implementación comercial.
En la muerte de Hyperloop One
El otro día, 21 de diciembre de 2023, Bloomberg reveló que Hyperloop One cerraría, vendería sus activos y despediría empleados. ¿Es este el fin de este consorcio o de todo el proyecto Hyperloop?
La historia de Hyperloop One plantea preguntas fundamentales sobre el futuro del transporte y la innovación tecnológica. La lección demuestra que a pesar de la audacia y el ingenio, el éxito requiere un camino claro hacia la implementación práctica y la sostenibilidad a largo plazo. Sin embargo, vimos esto recientemente con la lista de mayores fracasos tecnológicos de 2023, el fracaso es el alma.
Si Hyperloop One guía a los futuros innovadores hacia éxitos más tangibles y duraderos, su existencia no habrá sido en vano. Que descanse en paz.