Hablamos de ello a menudo: en el mundo de las Big Tech no es raro encontrarse con figuras que quieren hacer avanzar el horizonte de lo posible. Uno de ellos es Bryan Johnson, un multimillonario tecnológico con una verdadera obsesión por el antienvejecimiento, y se ha embarcado en un viaje que va mucho más allá de la búsqueda de la salud, rozando los límites de la búsqueda de la inmortalidad. Hoy este viaje suma una nueva etapa controvertida.
Johnson añadió recientemente a su rutina la terapia génica basada en folistatina, una proteína conocida por aumentar la masa muscular y reducir la inflamación, con un costo de 25.000 dólares por dosis.
El proyecto plano
A sus 46 años, Bryan Johnson ya ha invertido una fortuna en su cruzada personal contra el tiempo. Con un presupuesto anual de alrededor de 2 millones de dólares, su “Proyecto Blueprint” no es una simple exploración de la ciencia moderna, sino una verdadera inmersión en un territorio en gran medida inexplorado.
La terapia genética que Johnson está añadiendo ahora no está exenta de controversia: es importante señalar que este tratamiento no está aprobado por la FDA y muchos científicos siguen siendo escépticos sobre su eficacia.
Personal y privado: la transformación de Bryan Johnson
Antes de emprender su viaje antienvejecimiento, Bryan Johnson era un hombre de negocios como muchos otros. Su transformación comenzó en 2018, tras la venta de su startup Braintree a Ebay por 800 millones de dólares. En ese momento, Johnson decide dedicarse a un régimen riguroso, abandonando la comida chatarra y las noches de insomnio por una dieta vegana y decenas de suplementos.
Este cambio ha llevado a Johnson a afirmar que tiene la piel de una persona de 28 años, el corazón de una persona de 37 y la capacidad pulmonar de una persona de 18, aunque estas afirmaciones no han sido verificadas de forma independiente.
La nueva terapia de 25.000 dólares por dosis: folistatina
Como se mencionó, el camino tomado por Bryan Johnson se basa en el uso de folistatina, una proteína conocida por sus potenciales propiedades antienvejecimiento. Johnson experimenta consigo mismo, asumiendo los (elevados) costes y riesgos de una terapia que no ha sido sometida a los rigurosos estándares de seguridad y eficacia que suelen exigir los tratamientos médicos en Estados Unidos.
La folistatina es una proteína natural del cuerpo humano que desempeña un papel en la inhibición de otra proteína, la miostatina, conocida por limitar el crecimiento muscular. Mediante la inhibición de la miostatina, la folistatina puede potencialmente aumentar la masa muscular y reducir la inflamación. En la terapia génica, los genes responsables de producir folistatina se pueden insertar en las células del paciente para promover la producción de esta proteína en cantidades mayores de lo normal.
Según se informa, Johnson recibió su primera inyección de terapia génica de folistatina en septiembre en una remota isla caribeña no regulada por la FDA.
Bryan Johnson más allá de la ciencia: reflexiones éticas y filosóficas
El caso de Bryan Johnson plantea preguntas profundas que van más allá de la ciencia y la tecnología. ¿Qué significa envejecer en una era en la que se pueden superar los límites biológicos? ¿Cuál es el precio de la longevidad, no sólo en términos económicos sino también en términos éticos y morales? Si funcionan, ¿estos tratamientos tan costosos también estarán disponibles para los menos favorecidos?
La “loca” investigación de Johnson plantea un desafío a nuestra comprensión de la humanidad y nuestro lugar en el mundo natural. Un desafío que merece ser seguido y que, estoy seguro, nos deparará nuevos "episodios".