La cuestión de cuándo los humanos empezaron a hablar es un enigma que sigue despertando la curiosidad de los científicos. Allá teoría del descenso laríngeo, que alguna vez fue un pilar en la comprensión de la evolución del lenguaje, tiene sus raíces hace aproximadamente 50.000 años.
La teoría del descenso laríngeo en pocas palabras.
Hace mucho tiempo, en las gargantas de nuestros antepasados, se produjo una pequeña pero importante transformación. ¿Cual? Su “laringe”, o laringe, se ha hundido un poco en la garganta. Este cambio les permitió emitir muchos sonidos diferentes, los sonidos que usamos para hablar. La teoría del descenso laríngeo dice que gracias a este cambio el ser humano empezó a hablar.
Segundo jeffrey lieberman, entre los abanderados de la teoría (Puedes encontrar el documento aquí.), esta característica anatómica nos distingue de otros primates y de nuestros antepasados, como los neandertales. Todo esto habría ocurrido hace unos 50.000 años y habría favorecido también el surgimiento de la inteligencia simbólica (otra pista que refuerza la conexión entre la interpretación del lenguaje y inteligencia artificial general, pero esa es otra historia).
Nuevas hipótesis, nuevas preguntas sobre el origen del lenguaje
Investigaciones recientes, como la realizada por Louis-Jean Boë de la Universidad de Grenoble, cuestionan esta hipótesis. Boë y su equipo sugieren que la capacidad de formar sonidos vocales esenciales para el lenguaje puede ser mucho más antigua. Para ser precisos, podría remontarse a 20 millones de años.
Una teoría radical, que no sólo desafía nuestro conocimiento actual sino que también abre un nuevo capítulo en la comprensión de la evolución humana, trayendo consigo un número infinito de posibilidades y nuevas preguntas.
Una nueva perspectiva sobre la historia del lenguaje.
Como se mencionó, el trabajo de Boë y colegas (Puedes encontrar su artículo aquí.) abre una nueva ventana a nuestra comprensión del lenguaje. Contrariamente a la teoría del descenso laríngeo, Boë afirma que la capacidad de producir sonidos vocálicos básicos, como las vocales “a”, “i” y “u”, no depende de la posición de la laringe. Esto sugiere que la capacidad de hablar puede ser mucho más antigua de lo que se suponía anteriormente, tal vez remontándose a un período en el que los antepasados de los humanos modernos todavía compartían muchas características con otros primates.
Si se confirma la teoría de Boë, los humanos hemos tenido la capacidad de comunicarnos verbalmente durante un período mucho más largo de lo que se pensaba. Esto podría tener profundas implicaciones para nuestra comprensión de la evolución social, cultural y tecnológica de la humanidad. La comunicación verbal es un elemento clave en la transmisión de conocimientos y tradiciones, y su origen más antiguo podría significar que las raíces de la cultura humana son mucho más profundas de lo que se creía.
La investigación continúa
Evidentemente, el debate en la comunidad científica está lejos de terminar. Algunos expertos se muestran escépticos sobre la posibilidad de un origen tan antiguo de la lengua, destacando la necesidad de más investigaciones y pruebas.
Y la dificultad de estudiar algo tan antiguo e intangible como el lenguaje hace que este campo de investigación sea particularmente complejo (aunque fascinante).
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