En un reciente descubrimiento en el campo de la medicina, un equipo de investigadores ha puesto de relieve la importancia de un componente de nuestro cuerpo que desempeña un papel esencial pero a menudo pasado por alto: la fascia. Este red de tejido conectivo, que envuelve todos los órganos, vasos sanguíneos, huesos, fibras nerviosas y músculos, está demostrando ser esencial para la salud de los músculos y los huesos.
¿Qué es la fascia y por qué es importante?
La fascia es una vaina de tejido conectivo, compuesta predominantemente de colágeno, que brinda soporte y protección a muchas áreas del cuerpo. Esta estructura rodea y mantiene en su lugar órganos, vasos sanguíneos, huesos, fibras nerviosas y músculos. Su importancia es cada vez más evidente, especialmente en el contexto de la salud muscular y ósea.
Una de las razones por las que se ha pasado por alto la banda en el pasado es la dificultad de exhibirla con el tecnologías de diagnóstico. Sin embargo, recientemente, la resonancia magnética y la ecografía han demostrado ser útiles en su identificación, especialmente en afecciones musculoesqueléticas como las de la fascia del hombro y el cuello.
El papel de la fascia en el movimiento y la fuerza.
Estudios recientes han destacado el papel crucial de la fascia a la hora de ayudar al trabajo de los músculos, facilitando la contracción de las células musculares para generar fuerza e influyendo en la rigidez muscular. Cada músculo está envuelto en él: de esta manera puede moverse libremente sin afectar a otros músculos.
Un ejemplo es nuestro talón, donde el tendón de Aquiles transfiere fuerza a la fascia plantar. Este mecanismo permite que las fuerzas se transfieran verticalmente a través del tendón de Aquiles y horizontalmente hacia la planta del pie (la fascia plantar) durante el movimiento.
¿Qué pasa si no funciona correctamente?
Si hay daño a la fascia, por ejemplo después de una lesión, sus capas se vuelven menos capaces de facilitar el movimiento. La fascia tarda mucho en sanar, probablemente debido a su similitud con los tendones y al suministro limitado de sangre.
Recientemente se ha descubierto que la fascia, particularmente su capa superficial, tiene una gran cantidad de nervios (solo superado por la piel). Por ello se ha correlacionado con diferentes formas de dolor, desde el resultante de una cirugía hasta el de lesiones musculoesqueléticas debidas al deporte y al ejercicio físico. Incluso hasta los dolores y molestias del envejecimiento. Hasta el 30% de las personas con dolor musculoesquelético pueden tener afectación fascial, o la fascia puede ser la causa directa de su dolor.
Patologías y tratamiento.
Además de sufrir daños, la fascia también puede proporcionar vías por las que las infecciones pueden viajar dentro de los músculos. En casos graves, suele ser necesaria una cirugía para extirpar el tejido muerto y salvar el tejido sano restante.
Una técnica de masaje llamada manipulación fascial, desarrollada por un fisioterapeuta italiano. Luigi Stecco En la década de 80, se demostró que mejoraba el dolor causado por tendinopatía rotuliana (dolor en el tendón debajo de la rótula), tanto a corto como a largo plazo. La manipulación fascial también ha mostrado resultados positivos en el tratamiento del dolor crónico de hombro.
Cuidado de la fascia para una salud óptima
Con un creciente interés en la fascia y la comprensión de su contribución a la salud musculoesquelética, es razonable sugerir que la cuidaremos de la misma manera que ahora cuidamos el resto del sistema musculoesquelético.
Técnicas simples como rodillos de espuma y ejercicios de estiramiento son útiles para aumentar la movilidad, pero puedes hacerlo mejor. Aún queda mucho por aprender sobre esta estructura “olvidada” y el papel que desempeña en nuestra salud diaria.