En este mundo que oscila entre la evolución y la involución, el gigantismo parece ser la nueva norma. Tomemos como ejemplo la industria de los cruceros: el próximo “Icon of the Seas” de Royal Caribbean, un crucero casi del tamaño de una ciudad pequeña, tiene capacidad para casi 10.000 personas.
Pero cuidado: no todo el mundo está preparado para zarpar en estas ciudades flotantes. Algunos los ven como el futuro del turismo, otros los consideran "pesadillas en el agua". Obviamente ambos tienen razón. Ahora te digo
El gigantismo de los cruceros
Hay un fenómeno que está creciendo como una ola gigante: los megacruceros. Cada año se bota un nuevo "barco más grande del mundo". Royal Caribbean está a la cabeza de esta carrera por el gigantismo: su nuevo gigante del mar ya ha generado una enorme atención, agotando las plazas para el primer viaje con dos años de antelación y convirtiéndose en el "producto más vendido de la historia" de la compañía. . Y hay una razón. Para decirlo en palabras del analista Patricio Scholes:
Los megacruceros tienden a estar más orientados a la familia, con actividades como toboganes de agua y autos chocadores. Pero algunos turistas prefieren una experiencia vacacional “más tranquila”.
Turistas con los bolsillos llenos.
El punto de inflexión hacia el lujo
La respuesta a la creciente hipertrofia de los vasos es otra corriente que está surgiendo: una corriente bastante lujosa. Marcas de resorts de alta gama como Ritz-Carlton, Four Seasons y Aman están entrando en el mercado de cruceros, o como ellos prefieren llamarlo, el mercado de los “yates”. Cruceros más pequeños y lujosos que ofrecen una experiencia más íntima y personalizada, atrayendo a un tipo de viajero completamente diferente.
Un viajero que quiere centrarse más en el itinerario. Su negocio, ¿verdad? ¿O hay también un lado positivo en esta futura tendencia de los “ricos”? Bueno, hay uno.
Sostenibilidad e impacto ambiental
Uno de los mayores desafíos para los megacruceros es la sostenibilidad. Las preocupaciones sobre la contaminación y el hacinamiento han llevado a algunas ciudades de Estados Unidos y Europa a imponer restricciones al turismo de cruceros. Estos enormes barcos tienen una huella de carbono significativamente mayor, lo que dificulta cumplir los objetivos de emisiones netas cero para 2050.
¿Estoy tratando de decirles que es mejor reunir a 50, 100, 400 personas ricas en cruceros de gente rica en lugar de tenerlos deambulando en 40 megayates diferentes? Sí. Lo siento si no es mucho, no solucionará nuestros problemas, pero es mejor que nada.
El futuro de los cruceros: una carrera de dos carriles
Entonces, ¿adónde nos lleva todo esto? Por un lado, los megacruceros que ofrecen un sinfín de actividades y entretenimiento, pero que presentan desafíos en términos de sostenibilidad y aceptación del público. Por otro lado, barcos más pequeños y lujosos que ofrecen una experiencia más personalizada, sostenible, exclusiva y muy cara.
Al igual que con los viajes aéreos, los cruceros actuales tal vez sean “el término medio” entre los nuevos cruceros de bajo costo, aún más grandes (¿20.000 pasajeros? ¿Más?) y los barcos pequeños que traen experiencias de seis estrellas a los océanos.
Es probable que veamos un crecimiento continuo en todos estos tipos de experiencias. Y como siempre, el mercado tendrá la última palabra. Con la industria del sector que busca atraer 4 millones de nuevos viajeros para 2025, la batalla por el futuro de los cruceros acaba de comenzar.
Y tú, ¿qué barco elegirías para navegar en tu próximo viaje? La elección, como siempre, es toda tuya. Y tu billetera.