La memoria humana es un enigma. Una nueva investigación revela que nuestro sistema de aprendizaje puede tener mecanismos ocultos que van más allá de la simple pérdida de información. En esencia, la información aparentemente perdida en nuestros recuerdos aún puede residir en nuestro cerebro, perfectamente intacta, incluso si no podemos acceder a ella.
Olvido: ¿un proceso protector o un defecto?
El olvido es una realidad con la que todos vivimos. Sin embargo, nueva evidencia está cuestionando la idea de que un desliz o una brecha en nuestros recuerdos es inherentemente malo. Olvidar, está confirmadoA veces puede ayudar a las personas a manejar la información psicológicamente y deshacerse de conocimientos inútiles. ¿Dije "deshacerse del conocimiento inútil"? ¿O no se trata más bien de "desactivarlos"?
tomás ryan, neurocientífico del Trinity College Dublin, examinó junto con sus colegas la biología fundamental que subyace a una forma de olvido que experimentamos todos los días. Sus resultados (te los enlazo aqui) sugieren que cuando no podemos recordar un número de teléfono antiguo o el nombre de un profesor de secundaria, esos detalles no necesariamente se pierden. Como explicó Ryan, olvidar puede ser un proceso activo que el cerebro utiliza para apoyar el aprendizaje. También analizó cómo la demencia puede reflejar más olvidos desordenados que recuerdos perdidos para siempre.
Dejar los recuerdos a un lado es una etapa de aprendizaje
La percepción común ve el olvido como un déficit cerebral. La pérdida de recuerdos debido a demencia o trauma cerebral puede ser devastadora. Más allá de eso, el “olvido diario” es algo que todos experimentamos. Nos bombardean constantemente con información y se espera que retengamos mucha de ella para “funcionar” en la sociedad moderna.
Parte de esta información que elegimos almacenar es arbitraria, como memorizar datos que nunca volveremos a utilizar para los exámenes escolares. Otros son esenciales, como los conocimientos necesarios para convertirse en médico en ejercicio. Y luego están aquellos que de repente olvidamos: un nombre, una dirección, una experiencia vivida.
Las diferentes formas de olvido
El olvido puede adoptar muchas formas. Amnesia, por ejemplo, es una forma de olvido que la mayoría de la gente considera que no es adaptativa ni beneficiosa. Algunas formas de amnesia dificultan la formación de nuevos recuerdos, mientras que otras dificultan recordar recuerdos formados antes de un accidente. Pero el olvido cotidiano es diferente. Si olvidas dónde estacionaste tu auto, nadie lo llama amnesia.
Por otra parte, se cree que el olvido natural se produce por muchas razones. Los recuerdos pueden simplemente desvanecerse con el tiempo. Pero el olvido también puede ser causado por una "interferencia retroactiva", que ocurre cuando dos eventos muy similares se viven en un tiempo cercano. El recuerdo de uno interfiere con el del otro.
Estudios sobre roedores
En su nuevo estudio, Ryan y su equipo examinaron el olvido cotidiano en roedores. Los entrenaron para asociar un objeto con una habitación o entorno. Al día siguiente o una semana después, pidieron a los ratones que inspeccionaran dos objetos: uno que había sido asociado con ese contexto y otro que no.
Si los ratones habían olvidado la asociación, ambos objetos parecían nuevos y eran explorados del mismo modo que los demás.
Archivar (y desarchivar) recuerdos: perspectivas de futuro
El cerebro es diferente antes y después de aprender información. Esta diferencia está representada por cambios físicos o químicos en la estructura del cerebro. Llamamos engrama a un cambio cerebral que ocurre durante el aprendizaje y que es necesario para la memoria.
La investigación de Ryan y su equipo ha abierto nuevas puertas para comprender la memoria. El descubrimiento de que es posible que todavía existan en el cerebro recuerdos aparentemente olvidados podría revolucionar la forma en que vemos el olvido y la pérdida de memoria. También podría ofrecer nuevas perspectivas sobre el tratamiento de enfermedades como la demencia y el Alzheimer.
En un futuro remoto (¿qué tan remoto?), tal vez cómplices optogenética o le interfaces cerebro-computadora, incluso podría permitirnos recuperar todos nuestros recuerdos como si fueran películas a la carta. Hay que decirlo: recordaremos esta investigación.