El cerebro humano, el órgano más delicado y sensible de nuestro cuerpo, protegido por un cráneo grueso y vértebras robustas, parece capaz de desafiar el tiempo y la descomposición más que cualquier otro tejido. Esto es lo que se desprende de un estudio de la Universidad de Oxford (lo enlazo aqui), que ha catalogado más de 4.400 cerebros humanos preservados de forma natural. Algunos incluso datan de hace 12.000 años.
Esta asombrosa colección arqueológica incluye cerebros de todo tipo. Víctimas de sacrificios incas. Hombres prehistóricos. Exploradores del Polo Norte. Todos ellos abren nuevas perspectivas sobre la resiliencia de este extraordinario órgano.
Cerebros, cerebros por todas partes
La preservación de los tejidos blandos humanos, incluido el cerebro, a menudo se debe a procesos bien comprendidos, como la deshidratación, la congelación y el bronceado, que resultan de acciones humanas o factores naturales. No es raro que el cerebro sobreviva junto con otros órganos internos en los casos en que los tejidos blandos están bien conservados. Los investigadores han encontrado cerebros en restos secos de entierros en el desierto, en cuerpos congelados de pasos de montaña y en cuerpos curtidos de turberas.
Sin embargo, los investigadores también han identificado cerebros conservados sin otros tejidos blandos, como los encontrados junto a huesos antiguos en un estanque pantanoso. Algunos de estos cerebros han sido descubiertos en barcos hundidos, flotando junto a los huesos.
¿Cómo se mantienen así?
Hasta este estudio, no se había realizado ningún esfuerzo significativo para estudiar sistemáticamente los cerebros conservados para comprender por qué duran más que otros tejidos blandos. Para desafiar la noción de que la preservación del cerebro es poco común, los científicos involucrados en esta investigación crearon un archivo de cerebros humanos preservados de sitios arqueológicos.
Realizaron análisis estadísticos para determinar su prevalencia, cómo persisten y la diversidad de sus condiciones de conservación. También examinaron la naturaleza de los tejidos nerviosos conservados y trazaron un mapa de su distribución en todo el mundo y a lo largo del tiempo. Finalmente, exploraron cómo el estudio de cerebros humanos conservados puede mejorar nuestra comprensión de las enfermedades y la genética antiguas.
una mina de información
La comparación de dónde se encuentran los cerebros y los datos climáticos históricos proporciona pistas sobre los factores que previenen el deterioro cerebral. Más de un tercio Algunas de las muestras permanecieron intactas debido a la deshidratación, mientras que otras se conservaron mediante congelación o curtido. ¿Las condiciones? Varían ampliamente, desde secos y quebradizos hasta suaves y de textura parecida al tofu.
Curiosamente, alrededor de una cuarta parte de los cerebros se descubrieron en cuerpos sin ningún otro tejido blando conservado.. No hay piel, riñones ni músculos, pero sí el cerebro en el cráneo.
En estos casos, dice el antropólogo forense Alexandra Morton HaywardSin embargo, los procesos conocidos que preservan todos los tipos de tejidos no pueden explicar por qué estos cerebros perduran.
Cerebros, un misterio por revelar
La razón exacta por la que estos cerebros permanecen preservados mientras otros tejidos blandos se deterioran sigue siendo un misterio. Pero puede que tenga que ver con la composición química única del cerebro.
El cerebro tiene una proporción de proteínas y lípidos de 1:1, lo que lo diferencia de otros tejidos blandos que contienen más carbohidratos y tienen diferentes proporciones de proteínas y lípidos. Esta proporción específica podría ser crucial, especialmente cuando entran en juego metales como el hierro, que potencialmente hacen que las proteínas y los lípidos se unan y duren más. Muchos de estos cerebros conservados (no es coincidencia) contienen óxido de hierro, también conocido como óxido.
Los mecanismos son similares a los que vemos en las enfermedades neurodegenerativas, como la demencia. Entonces, si podemos entender qué sucede con el cerebro después de la muerte, también podremos arrojar luz sobre lo que sucede durante el envejecimiento cerebral durante la vida.
Alexandra Morton Hayward
Actualmente, el equipo de investigación está empleando nuevas técnicas para profundizar en las interacciones moleculares que facilitan la preservación del cerebro. El tejido nervioso preservado podría ofrecer una oportunidad sin precedentes para estudiar enfermedades en humanos antiguos y comprender su evolución.