En el aeropuerto de Maribor, en Eslovenia, se produjo un acontecimiento significativo en el ámbito de la aviación. La startup alemana H2FLY ha probado con éxito un avión propulsado por hidrógeno líquido. Esta tecnología, aunque aún en fase experimental, podría representar una solución sostenible para reducir las emisiones en el sector aeronáutico.
Como saben, el hidrógeno líquido, a diferencia de los combustibles fósiles, no produce emisiones nocivas cuando se quema. El vuelo de H2FLY no sólo demuestra la viabilidad técnica de esta solución, sino que también abre la puerta a una mayor investigación y desarrollo en esta área.
Hidrógeno líquido, ¿una nueva frontera?
Durante mucho tiempo se ha considerado al hidrógeno como una posible alternativa a los combustibles fósiles, pero sólo recientemente hemos visto avances concretos en este campo. La startup alemana H2FLY es la última en poner el hidrógeno líquido en el centro de atención con este vuelo experimental.
El sistema de propulsión del H2FLY consta de un almacenamiento de hidrógeno, un convertidor de energía de pila de combustible de 120 kW y un motor eléctrico. En general, este verano fue la octava campaña de pruebas de vuelo de H2FLY. El HY4 eléctrico de hidrógeno ha estado volando desde 2016, pero el giro de este verano es hacer funcionar el avión con hidrógeno líquido, en lugar de hidrógeno gaseoso.
¿Cuál es la diferencia?
El hidrógeno puede existir tanto en forma gaseosa como líquida: mientras que el hidrógeno gaseoso es menos denso y requiere tanques más grandes, el hidrógeno líquido tiene una mayor densidad energética, lo que significa que puede almacenar más energía en un volumen menor. Esto lo hace particularmente atractivo para aplicaciones como la aviación, donde el espacio y el peso son críticos.
Por supuesto, además de sus ventajas, el hidrógeno líquido también presenta complicaciones que superar. Por ejemplo, debe almacenarse a temperaturas criogénicas, lo que puede complicar la logística de reabastecimiento. Se necesita más investigación y desarrollo para que se convierta en una fuente común de combustible en la aviación en un futuro próximo.
La investigación continúa
El vuelo de prueba del H2FLY, que llevó a dos pasajeros al cielo durante poco más de 3 horas, utilizó sólo 10 kg de hidrógeno. Si se hubiera utilizado todo el depósito de combustible del avión, que tiene una capacidad de 24 kg, el avión podría haber volado durante 8 horas.
Esto explica por qué H2FLY no es la única empresa interesada en el hidrógeno como combustible de aviación. En colaboración con Deutsche Aircraft, la startup alemana está trabajando para adaptar un avión Dornier 2025 (un avión que puede transportar hasta 328 pasajeros) para que utilice pilas de combustible de hidrógeno líquido de aquí a 33.
Es posible que el hidrógeno líquido aún no esté listo para su adopción a gran escala, pero el vuelo de prueba de H2FLY muestra que quizás estemos en el camino correcto. Con más investigaciones y colaboraciones entre empresas e instituciones de investigación, podríamos ver un cielo más limpio y un futuro más sostenible para la aviación.