Un equipo multidisciplinario formado por científicos de materiales, expertos en bioelectrónica e investigadores médicos ha desarrollado el primer dispositivo del mundo que puede monitorear órganos trasplantados en busca de signos de rechazo inminente.
Este dispositivo, más pequeño y delgado que la uña del meñique, puede transmitir cambios fisiológicos al equipo médico del paciente. En pruebas con roedores ha mostrado resultados extraordinarios: también podría tener un impacto significativo en la salud humana, mejorando el manejo post-trasplante y potencialmente salvando vidas.
Un paso adelante en la medicina de trasplantes
El período que sigue a una trasplante La insuficiencia orgánica es una de las más estresantes para un paciente. Con una probabilidad de experimentar rechazo que alcanza hasta el 40%, los pacientes están sujetos a un seguimiento constante. ¿Y si hubiera una manera de hacer que este seguimiento fuera menos invasivo y más eficiente?
Universidad del Noroeste e Universidad de Chicago han unido fuerzas para responder a esta pregunta y han creado un dispositivo que, una vez implantado en el interior del órgano receptor, recoge datos sobre su temperatura y conductividad térmica. Estos datos son fundamentales para comprender la salud del tejido trasplantado. Pero la verdadera magia reside en la forma en que se comunican estos datos: a través de un pequeño "paquete" electrónico, conectado al dispositivo mediante un cable corto, permite transmitir los datos en tiempo real al equipo médico. Y cuando digo pequeño, me refiero a muy pequeño: apenas 0,3 centímetros de ancho, 0,7 centímetros de largo y 220 micras de grosor.
En las pruebas, como se mencionó, los resultados fueron sorprendentes: el dispositivo detectó bien cambios preocupantes de temperatura y conductividad. tres semanas antes que los métodos de seguimiento convencionales.
El rechazo del rechazo.
John Rogers, investigador en bioelectrónica en Universidad del Noroeste y líder de la investigación publicada en Science (te lo enlazo aqui), destacó la importancia de detectar el rechazo lo antes posible. “Si el rechazo se detecta a tiempo, los médicos pueden intervenir tempranamente, mejorando la salud del paciente y previniendo la pérdida del órgano donado”, afirmó. Y tiene razón. En una industria donde cada segundo cuenta, tener una ventaja de tres semanas puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Este dispositivo podría representar un gran avance en la medicina de trasplantes. Podría reducir la necesidad de procedimientos invasivos como biopsias y brindar a los pacientes una mayor tranquilidad. Como cualquier tecnología nueva, llevará tiempo perfeccionarla y ponerla a disposición a gran escala, pero es posible que los esfuerzos valga la pena.