¿Recuerdas la investigación de la Universidad de Purdue hace dos años? Hablamos de eso aquí. En 2021 el equipo del prof. Xiaobo Chen ha desarrollado la pintura blanca más reflectante del mundo, capaz de repeler más de 98% de la radiación solar incidente. Aplicada sobre edificios y superficies urbanas, esta pintura le permite bajar significativamente su temperatura.
Bueno: según las estimaciones de un investigador de la Universidad de California, Jeremy Munday, si se usa a escala planetaria esta pintura podría tener efectos sorprendentes en la lucha contra el calentamiento global.
Un manto de blanco contra el cambio climático
Cubrir del 1 al 2 por ciento de la superficie terrestre con pintura reflectante Purdue, dice Munday, estabilizaría el clima del planeta al reflejar suficiente radiación solar hacia el espacio para equilibrar el exceso de calor absorbido por la tierra.
El impacto sobre la iluminación cósmica sería insignificante, comparable a "verter una taza de agua en el océano", según Munday. Esta teoría es un viejo punto suyo: lo vuelve a proponer periódicamente, y ciertamente tiene buenos fundamentos teóricos. ¿Pero en la práctica? ¿Es factible?
Colosal desafío logístico
1-2% de la superficie terrestre equivale 2-4 millones de km2, aproximadamente del tamaño de los Estados Unidos. Teniendo en cuenta el rendimiento de esta sustancia desarrollada por la Universidad de Purdue, se necesitarían entre 527 mil millones y 1.054 mil millones de litros de pintura blanca reflectante para "pintar" un área tan grande.
Y no he mencionado (de hecho sí: lo estoy haciendo ahora) el mantenimiento periódico, que requeriría esfuerzos perpetuos.

La pintura funciona bien, pero se necesita un enfoque integrado.
Si bien es muy prometedora, la súper pintura por sí sola no puede resolver el problema del calentamiento global. Mientras tanto, deberíamos adoptarlo en todos los techos posibles: sin embargo, se necesitan cambios radicales en 360°, desde la producción de energía hasta el transporte, desde la industria hasta la agricultura, para reducir las emisiones en la fuente. Y tecnologías a gran escala para eliminar CO2 exceso de la atmósfera.
En conclusión, la investigación sobre pinturas ultrarreflectantes es importante, pero debe integrarse en una estrategia más amplia contra el cambio climático.
Necesitamos actuar rápido y en varios frentes: un cepillo no es suficiente para garantizar un futuro para el planeta.