Mientras el mundo se sumerge en un frenesí de crecimiento y expansión, Japón nos ofrece una pausa reflexiva. Imagina un país donde las luces brillantes de Tokio se mezclan con pueblos tranquilos y calles menos concurridas. Una nación que, a pesar de su tecnología avanzada y cultura vibrante, enfrenta una crisis demográfica que podría reescribir su futuro.
Crisis demográfica: ¿una tendencia imparable?
Según los datos publicados por el Ministerio del Interior de Japón, la población total del país es ahora 125,4 millones. Este número incluye residentes japoneses y extranjeros. Y aunque el número de residentes extranjeros ha aumentado de casi 289.500 respecto al año anterior, el número de residentes japoneses vio una disminución dramática de 800.523 residentes.
Por primera vez en la historia moderna de Japón, todas las prefecturas del país han experimentado una disminución en el número de ciudadanos japoneses. Este no es un fenómeno aislado ni limitado a una región específica.
En resumen: Japón tuvo un pésimo récord el año pasado: 1,56 millones de muertes. Este número es asombroso, especialmente si se compara con el número de nacimientos registrados, que fue de solo 771.801 recién nacidos.
Este desequilibrio entre nacimientos y muertes no es nada nuevo. Es una crisis demográfica que lleva 14 años seguidos, una tendencia nacional que tiene profundas implicaciones para el futuro del país.

Tokio: la única excepción a la regla
Japón es la tercera economía más grande del mundo, pero con una población que envejece cada vez más y una fuerza laboral cada vez menor, el país enfrenta desafíos económicos sin precedentes. ¿Cómo puede Japón mantener las pensiones y la atención médica con una fuerza laboral cada vez más reducida? Ciertamente no haciendo que los ancianos usen exoesqueletos para prolongar sus carreras (incluso si esto también sucede).
Tal vez los indicios sobre el futuro vengan de la capital. A pesar de la tendencia general, de hecho, Tokio ha visto un ligero aumento en la población total. Esto se debe en gran parte al aumento en el número de residentes extranjeros. ¿Qué significa esto para la metrópolis y para el país en su conjunto?
Crisis demográfica: una mirada al pasado y otra al futuro
El boom económico de los años 80 parece lejano. Con una tasa de fertilidad de 1,3 (muy por debajo de la tasa de 2,1 necesaria para mantener una población estable), Japón solo puede abordar su crisis demográfica cambiando su política de inmigración.
En 2018, los legisladores japoneses aprobaron un cambio de política que creó nuevas categorías de visas para permitir que aproximadamente 340.000 2021 trabajadores extranjeros accedan a trabajos altamente calificados y de bajos salarios. Y en XNUMX, el gobierno japonés anunció que estaba considerando permitir que los extranjeros con ciertas habilidades permanezcan en el país indefinidamente. Pensaron que sería suficiente, pero en cambio...
La pandemia: un obstáculo inesperado
Como muchas otras naciones, Japón también se ha enfrentado a los desafíos planteados por la pandemia de Covid-19. Con las fronteras cerradas a los ciudadanos extranjeros y los confinamientos en muchas prefecturas, los avances en materia de inmigración se han frenado y la crisis demográfica ha iniciado una fase de peligrosa aceleración.
Ahora Japón lo necesita cuadriplicar el número de trabajadores extranjeros para 2040. Pero para hacerlo, el país debe crear un entorno que apoye los derechos humanos de los trabajadores migrantes y promueva el cambio social para ser más acogedor con los extranjeros.
La tendencia es esta. Ahora ya lo sabes: si sueñas con vivir allí, no serás considerado”Gaijin"Como había una vez.
¡Banzai!