Si alguna vez abriste el refrigerador, tomaste un trozo de carne y pensaste: "Espera un segundo, ¿todavía está bueno?", estás en el lugar correcto. Un grupo de investigadores de Universidad de Koç, en Turquía, ha creado un sensor inteligente que no solo resolverá tus dudas sobre los alimentos caducados, sino que podría hacer mucho más: transformar la seguridad y conservación de los alimentos en todo el mundo.
Un enemigo que pesa miles de millones de toneladas.
Para que entienda el contexto en el que nos movemos, sepa que cada año desperdiciamos casi un tercio de alimentos producidos a nivel mundial. Vamos a hablar acerca de 1,4 millones de toneladas de alimentos que termina en el basurero. Además de ser un daño económico colosal, también es un desastre ambiental: hasta el 10% de los gases de efecto invernadero proviene de alimentos que se han producido, pero que nunca se comerán. Sin olvidar, como se ha dicho, el riesgo de intoxicación alimentaria por alimentos caducados.
Cuando los alimentos ricos en proteínas, como la carne, el pollo y el pescado, comienzan a deteriorarse, producen sustancias llamadas aminas biogénicas. Son compuestos orgánicos que pueden ser tóxicos para nosotros los humanos. Desafortunadamente, hasta ahora, el monitoreo de estas aminas ha requerido instrumentos costosos y poco portátiles operados por personal capacitado.
Una nariz digital contra los alimentos caducados
el diminuto sensor desarrollado por investigadores turcos es capaz de monitorear la frescura de los alimentos en tiempo real, de forma inalámbrica y sin batería, y enviar los resultados a su teléfono inteligente.
Los científicos probaron el sensor en pechugas de pollo y bistec, almacenados en diferentes condiciones: en el congelador, en el refrigerador ya temperatura ambiente. Después de tres días, las muestras a temperatura ambiente mostró un cambio del 700% en la respuesta del sensor respecto a los almacenados en el congelador, señal inequívoca de deterioro.
“El sensor presentó un rendimiento muy fiable”, afirman los investigadores en el estudio publicado en la revista Nature Food (lo enlazo aqui).
“Pudo predecir el deterioro de los alimentos mediante lecturas instantáneas con un teléfono inteligente durante un período de tres días. Esto demuestra que el dispositivo se puede utilizar para detectar eficazmente la presencia de alimentos caducados y evitar que causen daños".
Pequeño, gran héroe de la comida
El sensor no solo es fácil de usar y económico de fabricar, sino que también permite el monitoreo continuo de alimentos ricos en proteínas, tanto en los estantes de los supermercados como en nuestros hogares.
"El dispositivo propuesto puede ser utilizado por productores de carne, proveedores, autoridades y consumidores finales para monitorear la frescura o el deterioro de alimentos ricos en proteínas en tiempo real", dijeron los investigadores.
Siempre es útil llevar una nariz de repuesto, ¿no? Y tira ese pollo de todos modos: aparte del olor, tiene una pinta terrible.