Hay algo nuevo en el mundo de la medicina que podría revolucionar la forma en que abordamos las hemorragias internas. Un equipo de ingenieros del MIT ha creado un sistema de dos componentes que, inyectado en el cuerpo, puede detener el sangrado.
Un descubrimiento que podría salvar innumerables vidas, especialmente en situaciones de emergencia, cuando la velocidad es esencial.
Asociación afortunada
El sistema, compuesto por nanopartículas y polímeros, emula el proceso de coagulación sanguínea que ocurre naturalmente en nuestro cuerpo. La combinación de estos dos elementos ha mostrado resultados sorprendentes en estudios con animales, logrando detener hemorragias internas de manera mucho más efectiva que los métodos hemostáticos actuales.
El estudio, publicado en Advanced Healthcare Materials (lo enlazo aqui), ve la colaboración de varios investigadores del MIT "dirigidos" por celestina hong, autor principal. Su objetivo era desarrollar un sistema artificial que pudiera reemplazar tanto las plaquetas como el fibrinógeno, componentes esenciales en la coagulación de la sangre.
¿Cómo funciona el sistema de sangrado interno?
El equipo creó un sistema compuesto por dos tipos de materiales: una nanopartícula que "recluta" plaquetas y un polímero que imita el fibrinógeno. Estos componentes, una vez inyectados en el cuerpo, se acumulan en el lugar del sangrado e interactúan entre sí, formando coágulos que detienen el sangrado interno.
Los científicos probaron el sistema en ratones y demostraron que el tratamiento con nanopartículas y polímeros era muy eficaz, con dos ventajas principales. En primer lugar, Los coágulos formados artificialmente no se descomponen tan rápido como los naturales, lo que es especialmente útil cuando los pacientes pierden mucha sangre y reciben solución salina intravenosa para mantener la presión arterial (que puede diluir las plaquetas). Segundo, la sustancia no produce reacciones inmunitarias.
Los siguientes pasos
A más largo plazo, los investigadores esperan explorar la posibilidad de utilizar dispositivos de imágenes portátiles para visualizar estas nanopartículas inyectadas una vez que ingresan al cuerpo.
Esto podría ayudar a los médicos y socorristas a detectar rápidamente hemorragias internas, que hoy en día sólo pueden identificarse en el hospital mediante resonancia magnética, ecografía o cirugía.
Las próximas pruebas en modelos animales más grandes refinarán esta prometedora tecnología.