Un dispositivo de nanochip no invasivo es capaz de reprogramar la función de los tejidos con una tecnología llamada nanotransfección de tejidos.
El dispositivo es una evolución directa de otro nanochip probado hace 4 años de la Universidad Estatal de Ohio. ¿En qué consiste su tecnología? En pocas palabras, este nanochip aplica una chispa eléctrica (inofensiva) para enviar genes específicos a los tejidos en una fracción de segundo. En las pruebas de laboratorio, pudo convertir el tejido de la piel en vasos sanguíneos para reparar una pierna gravemente lesionada.
La nanotransfección de tejidos se utiliza actualmente de forma experimental para reprogramar tejidos y proporcionar diferentes tipos de terapias. Un ejemplo sobre todo: reparar el daño cerebral causado por un ictus, o prevenir (o incluso revertir) el daño al sistema nervioso causado por la diabetes.
Medicina regenerativa, la próxima frontera
Ha pasado un tiempo desde el primer descubrimiento hasta la primera adopción, como se mencionó. Esta nueva fase, sin embargo, es la más importante. Es el que llevará estos nanochips de nanotransfección de tejidos a la difusión masiva. El esta seguro de eso Chandan Sen, director del Centro de Medicina e Ingeniería Regenerativa de Indiana, autor principal de esta nueva publicación.
Si ayer probamos el funcionamiento de estos dispositivos, señala Sen, hoy estamos en la fase en la que el conocimiento sobre cómo fabricarlos se transmite a todos. Y, de hecho, el informe publicado contiene detalles técnicos sobre la producción.
Cambiar la función de las partes vivas del cuerpo.
Es inútil intentar formular hipótesis sobre todas las posibles aplicaciones de un nanochip y esa tecnología. Recuerdo algo similar (aunque mucho más avanzado) solo en la vieja serie Star Trek. ¿Conoces esas escenas en las que el médico de guardia curaba a una persona tocándola con un dispositivo que emitía pulsos? Allí.
Imagine un accidente automovilístico y una persona en el asfalto con heridas graves. Si sus vasos sanguíneos están dañados y necesitan suministro de sangre, ya no puede confiar en el vaso sanguíneo existente porque está pellizcado. Será posible convertir el tejido de la piel en vasos sanguíneos y salvar, por ejemplo, una extremidad en riesgo de amputación. Y eso es solo el comienzo.
Esta información de fabricación conducirá a un mayor desarrollo del chip y algún día se utilizará clínicamente en muchos contextos en todo el mundo. Gracias a esta publicación, un experto de la industria podrá fabricar un nanochip en cinco o seis días.