Utilizando la energía de una matriz de LED en una cámara de vacío, los investigadores de la Universidad de Pensilvania pudieron mecer dos pequeñas placas de plástico usando nada más que luz.
Los científicos habían utilizado anteriormente el mismo fenómeno físico para hacer flotar aerosoles invisibles en dispositivos de microfluidos. Levitar un objeto lo suficientemente grande como nunca antes había sido capaz de hacerlo: esta es la razón por la que el estudio, publicado en Los avances de la ciencia, es un verdadero avance.
La ciencia lidiando con la "alfombra voladora"
Los investigadores lograron hacer levitar finas láminas de Mylar, cada una tan ancha como el diámetro de un lápiz, usando nada más que la energía de la luz. El resultado, como se mencionó, se logró a través de la energía de las luces LED que calentaban la base de los discos. Las partículas de aire debajo del plástico se han energizado hasta el punto de que pierden la fricción con el aire y simplemente se mueven con el viento.
Este concepto casi de "alfombra voladora" puede sonar bastante abstracto. De hecho, es posible que esta tecnología ya tenga varias aplicaciones. Una de ellas, el estudio de la mesosfera. Esta región de nuestra atmósfera se encuentra entre 50 y 85 kilómetros sobre nuestras cabezas. y es bastante difícil de estudiar ya que no tenemos acceso a él, y luego levitar estos discos de plástico podría llevarnos mucho más lejos: a Marte.

De hecho, la presión sobre el planeta rojo es similar a la mesosfera terrestre. Por tanto, un buen terreno de comparación.
Hoy levitando discos de plástico: mañana quién sabe
Con la primera prueba de vuelo fotoforético estable logrado, los investigadores ahora tienen un modelo teórico que lo acompaña que puede simular el comportamiento de diferentes placas voladoras en la atmósfera. Usando estas tecnologías, los investigadores ahora están evaluando el desarrollo de un sistema de vuelo capaz de llevar pequeños sensores a la mesosfera haciéndolos volar solo alimentados por luz.
El modelo actual indica que una placa suspendida levitada de esta manera podría elevarse hasta 80 kilómetros con una carga del tamaño de un sensor. Por supuesto, la idea está más bien en sus primeras etapas. Los investigadores dicen que hay muchos desafíos climáticos que deben superarse antes de que se pueda implementar una solución efectiva.