¿Y si fuera posible detener la menopausia, preservando la juventud hormonal durante décadas? Es la audaz promesa de una técnica experimental que implica la congelación y posterior trasplante de tejido ovárico. Una idea que está despertando un gran interés, pero también profundas dudas en la comunidad científica, dividida entre la fascinación por una solución innovadora a los problemas de la menopausia y las dudas sobre su eficacia y seguridad reales.
Una técnica creada para preservar la fertilidad
La idea de trasplantar tejido ovárico para retrasar la menopausia surge a partir de una técnica ya utilizada. Para ser precisos: ya se utiliza para preservar la fertilidad en pacientes sometidas a quimioterapia o que entran precozmente en la menopausia. El procedimiento implica la extracción de una parte de la porción interna del ovarios, la corteza ovárica, rico en folículos primordiales, cuando la mujer aún es joven. Luego, este tejido se congela y se almacena durante años, a la espera de ser reimplantado.
Según algunos investigadores, ¿cómo Kutluk Oktay Según la Universidad de Yale, esta técnica también debería aplicarse a mujeres sanas para retrasar la aparición de la menopausia. Un estudio de modelado reciente publicado enAmerican Journal of Obstetrics and Gynecology (lo enlazo aqui) estima que reimplantando porciones de tejido ovárico congelado cada pocos años, el ciclo hormonal y menstrual podría mantenerse durante varias décadas, si se inicia antes de los 40 años. Esto, dice Oktay (quien realizó el primer trasplante de ovario hace 25 años) permitiría a las mujeres mantener su fertilidad durante más tiempo. Incluso mucho más.
Menopausia “suspendida”, beneficios y riesgos aún por evaluar
Los defensores de esta técnica señalan los posibles beneficios de un estado premenopáusico prolongado. Y no sólo por la fertilidad. Por ejemplo, esta técnica podría reducir el riesgo de algunas enfermedades crónicas relacionadas con la deficiencia de estrógenos, como la osteoporosis y los problemas cardiovasculares. Además, retrasar la menopausia podría mejorar la calidad de vida de muchas mujeres, aliviando síntomas a menudo debilitantes como los sofocos, el insomnio y los cambios de humor.
Sin embargo, muchos expertos advierten sobre los riesgos y las incógnitas de una operación de este tipo en mujeres sanas. De hecho, el procedimiento requiere varias intervenciones quirúrgicas, tanto para la recogida como para las posteriores reimplantaciones del tejido, con los riesgos anestésicos y postoperatorios relacionados. Tampoco está claro aún si el tejido trasplantado podría aumentar el riesgo de cánceres dependientes de hormonas, como el cáncer de mama.
Trasplantes “antimenopáusicos”, ¿una solución superflua?
Luego están quienes cuestionan la necesidad real de retrasar la menopausia en mujeres sanas. Allá terapia de reemplazo hormonal (TRH) Ya es un tratamiento eficaz y consolidado para aliviar los síntomas de la menopausia y prevenir algunas complicaciones, como la osteoporosis. Aunque la TRH no está exenta de riesgos y contraindicaciones, muchos expertos la consideran una solución más sencilla y segura que el trasplante de tejido ovárico. Por lo que a mí respecta (me equivocaré) es difícil imaginar que una mujer de 25, 30 o 35 años ya estuviera lo suficientemente preocupada por la menopausia como para someterse a un procedimiento tan invasivo y experimental.
Una frontera aún por explorar
A pesar de las dudas, el interés por esta técnica parece ir en aumento. Además de la clínica de Oktay, una startup estadounidense, ProFaM Health, está explorando este camino con una lista de espera de más de 100 mujeres interesadas en preservar su tejido ovárico. Otros laboratorios, sin embargo, están estudiando fármacos como rapamicina, ya válido también en otros campos médicos para ralentizar el envejecimiento de los ovarios. Segundo Kristensen Stine Gry, bióloga reproductiva del Hospital Universitario de Copenhague, este campo de investigación tiene un “enorme potencial”, ya que “muchas mujeres, la mitad de la población humana, podrían beneficiarse de él”. Sin embargo, la propia investigadora admite que todavía estamos lejos de una aplicación generalizada y que se necesitan muchos más datos para evaluar la eficacia y seguridad de esta técnica.
El camino hacia una “menopausia a demanda”, en definitiva, parece largo y tortuoso. Pero la idea de poder controlar el reloj biológico y preservar la juventud hormonal sigue fascinando y dividiendo a la comunidad científica. Sólo el tiempo y la investigación podrán decirnos si se trata de una esperanza concreta o de un espejismo ilusorio o incluso peligroso.