En medio del rugido de los bombardeos y el ruido ensordecedor de los cohetes, se libra otra guerra silenciosa en Gaza. Una guerra hecha de robots y drones, de tecnología de punta que se mueve entre los escombros y escombros de las calles destruidas. Es aquí, en esta franja de tierra disputada entre Israel y Hamás, donde se está escribiendo el futuro de la guerra moderna (con todo lo que puede significar).
Gaza se ha convertido en el campo de pruebas de las nuevas tecnologías militares israelíes, un laboratorio al aire libre donde los robots se mueven como fantasmas entre los edificios en ruinas y los drones vuelan por el cielo, escaneando cada rincón con sus ojos electrónicos.
Vision 60 y Rooster: los nuevos aliados del ejército israelí
Entre los robots utilizados por el ejército israelí en Gaza se encuentra el Visión 60, un perro robótico producido por Ghost Robotics, con sede en Filadelfia (lo rastreamos los primeros pasos hace cuatro años). El robot cuadrúpedo es capaz de atravesar terrenos accidentados y superar obstáculos gracias a su estructura flexible y a los sensores con los que está equipado.
Vision 60 no es el único robot que el ejército israelí está desplegando en Gaza. También está el Gallo, un dron producido por la startup israelí Robotican, que se puede instalar en la parte trasera del Vision 60, creando así una especie de híbrido entre un robot terrestre y un dron. Rooster es capaz de volar distancias cortas, sobrevolar obstáculos y proporcionar imágenes aéreas del entorno.
Gaza, ventajas y riesgos de una guerra aséptica
El uso de robots y drones en la guerra responde ante todo a la necesidad de salvaguardar la seguridad. Se pueden utilizar robots cuadrúpedos como el Vision 60 para explorar edificios y túneles subterráneos, evitando así que los soldados queden expuestos al riesgo de emboscadas o trampas explosivas. Además, los drones como Rooster pueden proporcionar imágenes en tiempo real en tierra y en el aire, lo que permite a los militares tener una visión más clara del campo de batalla.
Sin embargo, el uso de robots y drones en la guerra también plantea muchas cuestiones éticas. La guerra se vuelve cada vez más aséptica, casi alejada de la realidad, y el riesgo es que perdamos de vista el valor de la vida humana. Y si se considera que la palabra clave en esa tierra atormentada ha sido "inhumanidad" desde mucho antes del 7 de octubre, esta cadena de acontecimientos ciertamente no puede beneficiarse de las tecnologías militares.
La guerra silenciosa de Gaza: ¿Quién paga el precio más alto?
Mientras robots y drones continúan explorando las calles de Gaza, son los hombres y mujeres que viven allí quienes pagan el precio más alto por esta guerra silenciosa. La población civil es a menudo víctima de bombardeos y ataques aéreos y vive con el temor constante de perder la vida o ver sus hogares destruidos.
La presencia de robots y drones en el campo de batalla corre el riesgo de aumentar la distancia entre quienes luchan y quienes sufren las consecuencias de la guerra. Los soldados que controlan robots de forma remota pueden sentirse menos involucrados emocionalmente en la guerra, lo que podría conducir a una mayor deshumanización del enemigo. No descarto que ya esté sucediendo, a juzgar por las terribles noticias que ahora llegan en cada uno de estos 150 duros días.
El futuro de la guerra: hacia un conflicto cada vez más tecnológico
La guerra en Gaza (e no lo dejaría fuera el eco del de Ucrania) es sólo el comienzo de uno tendencia cada vez más marcada hacia el uso de tecnologías avanzadas en la guerra. Los robots y los drones son cada vez más importantes en el campo de batalla, y el riesgo es que la guerra se vuelva cada vez más aséptica y alejada de la realidad humana.
No es retórica, créanme. Al parecer no es obvio recordar que la guerra no es sólo una cuestión de tecnología, sino que también y sobre todo concierne a las personas. Si no se encuentra un equilibrio entre el uso de tecnologías avanzadas y el respeto por los derechos humanos y la dignidad de las personas involucradas en el conflicto, poco habrá de "avanzado", aparte del horror.