La Universidad de Stanford ha dado un paso interesante en el campo de la salud mental y el tratamiento del dolor. Los investigadores han logrado inducir sistemáticamente una hipnotizabilidad temporal en los pacientes, ofreciendo una nueva esperanza para quienes luchan contra el dolor crónico. Este descubrimiento podría significar un cambio radical en las terapias de hipnosis, permitiendo que más personas se beneficien de esta práctica.
Una ventana al cerebro
El equipo de Medicina de Stanford dirigido por Afik Faerman e david spiegel, utilizó estimulación magnética transcraneal para afectar áreas específicas del cerebro. Los investigadores encontraron que menos de dos minutos de estímulo en una región específica del cerebro pueden aumentar la capacidad de hipnotización de un individuo durante aproximadamente una hora.
Esto es particularmente significativo ya que la capacidad de inducir un estado de hipnosis en un sujeto se consideraba, hasta ahora, un rasgo estable e inmutable comparable a la personalidad y el coeficiente intelectual. Puedes encontrar el estudio completo aquí.
El potencial de la hipnosis en el tratamiento.
Desde hace mucho tiempo se reconoce que la hipnosis es un tratamiento eficaz para una amplia gama de síntomas y trastornos, en particular el tratamiento del dolor. Sin embargo, su eficacia varía mucho entre individuos debido a diferencias en la hipnotizabilidad. Con esta nueva técnica, más personas podrían beneficiarse de las terapias basadas en hipnosis, ofreciendo alternativas a tratamientos convencionales como el uso prolongado de opioides.
El éxito de este estudio allana el camino para una personalización más amplia de las terapias psicológicas. La posibilidad de alterar rasgos estables del cerebro sugiere que podemos optimizar las terapias para las necesidades específicas de cada paciente. Y esto podría tener implicaciones no sólo para la hipnoterapia sino también para otro tipo de intervenciones psicológicas.
La promesa de la neuroestimulación
La neuroestimulación, una técnica no invasiva, muestra un potencial extraordinario para alterar rasgos cognitivos que antes se consideraban inmutables. Este estudio puede ser sólo el comienzo de una nueva era en los campos de la psicoterapia y la neurociencia, donde se pueden utilizar intervenciones específicas para mejorar la respuesta al tratamiento.
La investigación de Stanford (ahora combinada con sólidas pruebas de laboratorio y mejoras del sistema) aplicada a gran escala podría representar un cambio sustancial en la práctica clínica. Los médicos podrían integrar la neuroestimulación en sus terapias, haciendo de la hipnosis una opción más accesible y eficaz para una gama más amplia de pacientes.
Este enfoque también podría reducir la dependencia de los medicamentos opioides, a menudo recetados para el dolor crónico pero con riesgos significativos de adicción y efectos secundarios. Y hay más.
Más allá del dolor: otras aplicaciones de la hipnosis
Aunque el estudio se centra en el dolor crónico, las implicaciones van mucho más allá. La capacidad de cambiar temporalmente rasgos estables del cerebro sugiere que podemos optimizar las terapias y la hipnosis para una variedad de condiciones psicológicas. ¿Cual? Por ejemplo, ansiedad, depresión y trastorno obsesivo-compulsivo.
Además, la investigación podría estimular investigaciones sobre cómo se pueden utilizar otras formas de neuroestimulación para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Perspectivas futuras
Este estudio sienta las bases para futuras investigaciones sobre neuroestimulación e hipnoterapia. Los investigadores planean probar diferentes dosis de neuroestimulación para evaluar si es posible mejorar aún más la facilidad de practicar la hipnosis en los pacientes.
Todavía queda trabajo por hacer, pero la promesa de una terapia más personalizada y eficaz es apasionante.