En el campo de la inteligencia artificial, una de las preguntas más intrigantes que fascina a los expertos es “¿cuándo tendremos Inteligencia General Artificial (AGI)?” Daniel Miessler, autor y analista, ofrece una visión audaz y provocativa de este tema, argumentando que el futuro de AGI está mucho más cerca de lo que la mayoría de la gente cree.
La evolución de la IA hacia AGI
En los últimos años, hemos visto avances significativos en el campo de la inteligencia artificial. A partir de los avances en modelos de aprendizaje automático como GenAI y ChatGPT, queda claro que avanzamos hacia una inteligencia más versátil y compleja. Sin embargo, la inteligencia artificial general va más allá de la IA tradicional.
Si bien la IA actual sobresale en tareas estrechas y bien definidas, la AGI promete ser un sistema capaz de manejar una variedad de tareas y adaptarse a situaciones nuevas y complejas, al igual que los humanos.
El punto de inflexión es inminente
La predicción de Miessler es clara: Hay un 60% de posibilidades de que surja la Inteligencia General Artificial para 2025 y un 90% de posibilidades para 2028. Esto no significa esperar un único modelo de IA que sea capaz de realizar tareas humanas, sino más bien un sistema de diferentes IA trabajando juntas para lograr objetivos complejos. Este enfoque sistémico es fundamental para comprender el potencial y la dirección futura de la AGI.
¿Damos un paso atrás para definir la Inteligencia General Artificial?
El director ejecutivo de OpenAI propuso una definición eficaz de AGI Sam Altman, que la describe tout-court como el equivalente de un ser humano empleable promedio. Miessler refina aún más esta definición al centrarse en las capacidades de un trabajador del conocimiento promedio. Con esta definición, la Inteligencia Artificial General no es sólo un concepto teórico sino que se convierte en un objetivo tangible y medible.
Estoy particularmente de acuerdo con Miessler: el camino hacia la AGI no se limita al desarrollo de un único modelo de IA. Un poco como en la naturaleza y la sociedad, el poder reside en los sistemas. Hormigas, familias y empresas son ejemplos de cómo la fuerza de un sistema supera a la de sus componentes individuales. Este principio también se aplicará a una inteligencia artificial sólida: un sistema de IA que funcione en conjunto puede reemplazar no solo a trabajadores individuales sino a departamentos enteros.
El impacto del sistema AGI
Un sistema AGI, compuesto por varias capas de agentes especializados, podría manejar tareas complejas como atención al cliente, contabilidad o defensa contra amenazas cibernéticas. Cada nivel del sistema contribuirá a la consecución de objetivos compartidos, superando las capacidades de un solo trabajador.
La llegada de la Inteligencia Artificial General supone un punto de inflexión no sólo para el campo de la IA, sino para toda la sociedad. Con capacidades que se acercan o superan las de los trabajadores humanos, AGI plantea preguntas cruciales sobre la evolución del trabajo, la economía y la interacción humana con la tecnología. El horizonte 2025-2028 está cerca: mantengámonos claros y preparados para lo que veamos suceder.