La inmortalidad, que alguna vez fue dominio exclusivo de deidades y mitos, ahora está adquiriendo algún tipo de forma tangible en la era digital. Esta nueva encarnación, la inmortalidad digital, no es una verdadera extensión de la existencia sino un sustituto de los que quedan. Las réplicas digitales creadas por la inteligencia artificial no son una “resurrección”, sino más bien un puente entre los vivos y los recuerdos de quienes ya fallecieron. Una forma de consuelo, por así decirlo, que permite a los supervivientes interactuar con versiones simuladas de sus seres queridos, explorando nuevas dimensiones de duelo y recuerdo. Una vez más, “Black Mirror” fue profética.
El nacimiento de la inmortalidad digital
La idea de la inmortalidad digital surgió de la evolución de la IA y la creciente capacidad de almacenar y analizar cantidades masivas de datos personales. En este contexto, se ha desarrollado la posibilidad de crear réplicas digitales de personas desaparecidas utilizando sus mensajes, videos, grabaciones de voz y otros datos. Estas réplicas, impulsadas por algoritmos de aprendizaje automático, pueden imitar patrones de comportamiento y estilos de comunicación. Incluso opiniones personales. ¿Con qué nivel de detalle? Depende de la cantidad y calidad de la información que se le da a la inteligencia artificial.
Tecnología y duelo: implicaciones éticas y filosóficas
Como se puede imaginar, la creación de estas réplicas digitales plantea importantes cuestiones éticas y filosóficas. Por un lado, ofrece a los supervivientes una forma de mantener una conexión con sus seres queridos perdidos, pero por otro plantea cuestiones sobre la naturaleza de la identidad y la existencia. ¿Qué cambia el hecho de que podamos "hablar" con una versión digital de una persona fallecida en nuestra percepción de la vida y la muerte? ¿Pueden estas réplicas capturar verdaderamente la esencia de una persona, o son simplemente simulacros superficiales?
La tecnología de la inmortalidad digital tiene el potencial de transformar la forma en que lloramos. En lugar de un adiós final, los sobrevivientes pueden tener la oportunidad de interactuar con una versión digital del fallecido. Una madre sustituta que puede ofrecer consuelo y ayuda en el proceso de duelo. Sin embargo, esto confunde y complica enormemente el proceso de aceptación de la pérdida, creando una dependencia de una presencia virtual que impide el desapego emocional.
Los primeros casos de "inmortales" digitales.
Los diversos ejemplos de "réplicas" ya creadas ya nos hacen reflexionar sobre los matices e implicaciones de esta tecnología.
Eugenia Kuyda y Roman Mazurenko
en 2015 (solo 2 años después "Regresa a mí", el episodio de “Black Mirror” que abre esta posibilidad) Eugenia Kuyda creó una versión digital de su amigo fallecido, Roman Mazurenko. Lo hizo utilizando sus mensajes de texto para entrenar una inteligencia artificial. Si bien no capturó completamente la esencia de Roman, este robot brindó una sensación de presencia y consuelo a sus amigos y familiares. El robot les permitió interactuar con una versión simulada de su ser querido, ofreciéndoles (dijeron) una forma de llorar y recordar.
James Vlahos y el 'Dadbot'
en 2017, James Vlahos creó una réplica digital de su padre basándose en horas de grabaciones de voz y conversaciones. Este robot, apodado "Dadbot", permitió a Vlahos y su familia "hablar" con su padre incluso después de su muerte. Si bien el Dadbot obviamente no podía reemplazar completamente la presencia del padre, ofrecía una forma única de preservar su memoria y mantener un sentido de conexión.
Jang Ji-sung y Nayeon
en 2020En un caso actualmente único, Jang Ji-sung, una madre afligida, tuvo la oportunidad de “conocer” a su hija Nayeon, quien falleció debido a una enfermedad, en un entorno de realidad virtual. Esta experiencia, creada para un documental de televisión de Corea del Sur, utilizó tecnología de realidad virtual para crear una simulación interactiva de Nayeon. Aunque esta experiencia estuvo altamente escrita y controlada, le ofreció a Jang un momento de conexión emocional con la representación de su hija, demostrando el potencial de la tecnología de realidad virtual para crear experiencias inmersivas y significativas en el contexto del duelo. E inspiró “Yonder”, una reciente serie de televisión coreana transmitida en Italia por Paramount Plus. Hablamos de ello en este artículo. del caso de Jan Ji-sung y su hija Nayeon.
Joshua Barbeau y Jessica Pereira
en 2021 Joshua Barbeau utilizó la inteligencia artificial GPT-3 para recrear a su difunta novia, Jessica Pereira. Creó un chatbot que imitaba la personalidad y el estilo de comunicación de Jessica, lo que le permitía tener conversaciones que le brindaban consuelo y ayuda en el proceso de duelo. Hablamos de ello en este artículo.
Estos casos resaltan cómo las réplicas digitales se pueden utilizar de diferentes maneras. Aparte de algunos "cracks" (que deberían hacernos reflexionar), todos parecen haber ofrecido a los sobrevivientes una manera de mantener una conexión con sus seres queridos desaparecidos y procesar su dolor de una manera única y personal.
Inmortalidad digital: perspectivas de futuro
En el contexto de la "digitalización de la inmortalidad", las perspectivas de futuro se proyectan hacia un horizonte tecnológico cada vez más avanzado e integrado en nuestra vida cotidiana. Un aspecto clave de esta evolución es el papel cada vez mayor de la tecnología portátil y los múltiples sensores. Es una tendencia que está revolucionando la forma en que interactuamos con el mundo digital.
La tecnología portátil, como los relojes inteligentes, las pulseras deportivas e incluso la ropa inteligente, es cada vez más sofisticada. Estos dispositivos no sólo rastrean nuestros movimientos físicos sino que también son capaces de monitorear los signos vitales. ¿Cual? Tu frecuencia cardíaca, tus niveles de oxígeno en sangre e incluso tus patrones de sueño. Además, la proliferación de sensores ambientales y personales, capaces de recopilar datos en tiempo real sobre nuestro comportamiento, expresiones faciales y lenguaje corporal, abre nuevas fronteras en la creación de réplicas digitales. Esta abundancia de datos personales y de comportamiento, recopilados de forma continua y detallada, ofrece un enorme potencial para mejorar la calidad y autenticidad de las réplicas digitales. Imaginamos un futuro en el que cada matiz de la forma en que hablamos, nos movemos, reaccionamos e incluso pensamos puede capturarse y analizarse. Esto no sólo nos permitiría crear réplicas digitales más realistas y convincentes sino también personalizarlas con mayor precisión, reflejando fielmente la personalidad y peculiaridades de cada individuo.
A la larga
Con el avance de la inteligencia artificial y las tecnologías de aprendizaje automático, estas réplicas no solo podrían imitar comportamientos pasados sino también evolucionar de forma autónoma, aprendiendo continuamente de los nuevos datos recopilados. Esto significaría que una réplica digital podría, en teoría, seguir desarrollándose y cambiando con el tiempo, tal como lo haría una persona real. Sin embargo, sin ser una persona real.
Conclusión
La inmortalidad digital representa un paso significativo en la evolución de la tecnología y la sociedad. Si bien ofrece nuevas posibilidades para la memoria y el duelo, también nos desafía a reflexionar sobre el significado de la vida, la muerte y la identidad en la era digital. Como ocurre con cualquier tecnología emergente, será fundamental navegar por este territorio con cuidado. Sobre todo, considere las implicaciones a largo plazo para los individuos y la sociedad en su conjunto.
Por ejemplo, la recopilación y el uso de dichos datos personales y detallados deben regularse cuidadosamente para proteger la privacidad y la dignidad de las personas. Además, la posibilidad de crear réplicas digitales cada vez más realistas plantea interrogantes sobre su aceptación social, su impacto emocional y psicológico en los seres vivos y las implicaciones legales y morales de su existencia. Servirá para recordarnos que los seres queridos con los que hemos compartido tantos años de nuestra vida son únicos, irrepetibles. Y que hablar con "copias", por muy precisas que sean, es sólo un paliativo que debe gestionarse de diferentes maneras y casos, o corre el riesgo de volverse peligroso para la psique y el alma.