El futuro de la movilidad lleva tiempo en el aire, en todos los sentidos. Porque se habla de ello desde hace mucho tiempo, y porque apunta a los cielos: eVTOL, taxis y coches voladores siempre han estado en el imaginario colectivo, y desde hace tiempo en los laboratorios de empresas de todo el mundo. ciclotecnología es uno de ellos: con su CruiseUp, la compañía austriaca no sólo presenta un coche volador, sino también una forma innovadora de moverlo. ¿Qué lo hace tan especial? La respuesta está en sus rotores.
La magia de los ciclorotores
Los CycloRotors son el corazón palpitante de CruiseUp. Estos rotores, desarrollados y perfeccionados por CycloTech a lo largo de 15 años de investigación y desarrollo, representan una verdadera revolución en el campo de la propulsión aérea. A diferencia de los rotores y hélices tradicionales, los CycloRotors son capaces de proporcionar un empuje vectorial de 360°.
Esto significa que pueden dirigir el empuje en cualquier dirección, lo que permite que CruiseUp vuele hacia adelante, hacia atrás, hacia los lados e incluso se detenga en el aire, todo sin inclinar el vehículo.
Esta maniobrabilidad es posible gracias al principio Voith-Schneider, en el que se basa la tecnología CycloRotors.
El principio de Voith-Schneider
Suele referirse a un tipo particular de propulsor marino que no utiliza hélices tradicionales sino palas verticales montadas sobre un disco giratorio. Variando el ángulo de inclinación de las palas durante la rotación, es posible generar empuje en cualquier dirección horizontal. Esto ofrece una maniobrabilidad excepcional para los barcos, pero ¿se puede adaptar a los aviones? CycloTech dice que sí.
La configuración específica de CruiseUp incluye seis CycloRotors para garantizar una alta redundancia y permitir que el vehículo vuele y aterrice de forma segura incluso en caso de fallo del rotor.
Más allá de los rotores
CruiseUp no es sólo tecnología. Es una visión de un futuro en el que la movilidad aérea individual y sostenible se convierta en una realidad cotidiana. Imagínese poder subirse a un artilugio como ese y volar por encima del tráfico de la ciudad, llegando a su destino en una fracción del tiempo que lleva hoy. Y todo ello con el mínimo impacto medioambiental, gracias a la propulsión eléctrica de estos rotores.
La empresa espera que, después la primera ola de vehículos eléctricos comerciales VTOL, surgirá una segunda ola de movilidad aérea eléctrica sostenible. En este escenario, vehículos como CruiseUp pasarán a ser de propiedad privada, satisfaciendo la expectativa final del cliente: verdadera capacidad de transporte de punto a punto, disponible para todos.
En resumen, el cielo ya no será el límite.