La impresión 3D ha logrado otro avance importante, esta vez en el campo de la neurociencia. Científicos de la Universidad de Monash han desarrollado una técnica para imprimir redes nerviosas tridimensionales utilizando "biotintas" que contienen neuronas vivas. te vincularé Aquí está la investigación publicada en Advanced Healthcare Materials.
Estas redes, que emulan las complejas conexiones que se encuentran en el cerebro humano, representan un avance potencial en la investigación neurológica, al ofrecer nuevas oportunidades para estudiar enfermedades, probar medicamentos y comprender mejor cómo funciona nuestro sistema nervioso. Pero ¿qué significa exactamente y por qué es tan importante?
La tinta de la vida
El corazón de esta innovación reside en una tinta especial que contiene neuronas vivas: esto permite la creación de estructuras nerviosas tridimensionales. Estos no son modelos estáticos: están vivos, funcionan y son capaces de emular las intrincadas conexiones que vemos en un cerebro vivo.
Las redes nerviosas bioimpresas no sólo emulan la estructura del cerebro, sino también su funcionalidad. Al conectar la materia gris y la blanca, estas redes muestran actividad nerviosa espontánea y responden a estímulos, al igual que nuestro cerebro. Es un gran paso adelante en la investigación neurológica y nos brindará nuevas vías para explorar los mecanismos de las enfermedades y los efectos de los fármacos en el sistema nervioso.


Redes nerviosas nunca tan parecidas a las nuestras
Los cultivos de células nerviosas se han utilizado en el pasado para estudiar la formación de redes nerviosas y los mecanismos de enfermedades, pero estas estructuras "planas" no reflejan verdaderamente cómo las neuronas crecen e interactúan en su entorno. Con la impresión 3D, ahora podemos crear redes que replican la naturaleza tridimensional de los circuitos en un cerebro vivo.
Es una diferencia rotunda: las redes nerviosas impresas en 3D podrían abrirnos muchas posibilidades. Desde una mejor comprensión de las enfermedades neurológicas hasta la creación de tratamientos más eficaces, el futuro de la investigación del cerebro se beneficiará mucho de este nuevo desarrollo.