El futuro no es sólo un lugar de la mente habitado por grandes descubrimientos y cambios. Es un tejido en constante evolución donde la sociedad, los rituales e incluso nuestras aventuras se transforman junto con los materiales y la cultura. Érase una vez la idea de aventura era montar un corcel al galope; hoy tenemos trajes aéreos e intentos audaces de cruzar océanos de formas inimaginables. Quizás el Atlántico, como en esta historia.
Imagínese la escena: un punto solitario en el inmenso azul. ¿Cosas? Es un hombre que intenta "correr" de Florida a Londres en una estructura que parece una rueda de hámster. El nombre de ese hombre es Reza Baluchi, y es una prueba de que cuando se trata de perseguir una pasión, no hay límites... a menos que te cruces con la Guardia Costera de los Estados Unidos.
La audacia de un sueño
Reza Baluchi, de 51 años, no es un hombre corriente. La mayoría de nosotros soñamos con cruzar el Atlántico en un crucero o en un avión de lujo, pero él no. Imaginó una forma completamente diferente: una especie de rueda flotante, que parece hecha especialmente para un hámster gigante, diseñada para "correr" sobre el agua.
Del New York Times Me entero que el 26 de agosto, a 110 kilómetros de la costa de Tybee Island, Georgia, la Guardia Costera de Estados Unidos interceptó a este atrevido aventurero y le pidió los documentos de su embarcación. Curiosamente (pero no me lo cuenten), Baluchi afirmó tener la grabación a bordo, pero no pudo encontrarla.

Sin Atlántico
La Guardia Costera, imagino que con ojo experto, se dio cuenta de que el estado del barco era bastante precario. De hecho, la rueda flotaba gracias a un sistema de cables y boyas. Esto llevó a los funcionarios a concluir que Baluchi, con la intención de cruzar el Atlántico, estaba emprendiendo un viaje "manifiestamente peligroso". Pero nuestro héroe no estaba dispuesto a rendirse fácilmente.
Se negó a dejar su rueda durante tres días, amenazando incluso con llevar una bomba a bordo.
No es la primera vez
Si crees que ésta es la primera aventura de Baluchi, estás muy equivocado. Así como te equivocas si crees que podemos simplemente llamarlo loco. Quiero decir, probablemente lo sea, pero de una manera poéticamente grandiosa.
Este soñador incansable intentó varias veces cruzar el océano en su rueda. En 2014, su intento de llegar a las Bermudas terminó inesperadamente: Baluchi se desorientó y tuvo que pedir direcciones a los pescadores. A pesar de las advertencias de la Guardia Costera, continuó su viaje y finalmente activó su rastreador a unas 130 millas de la costa de St. Augustine, Florida.
Después de ser remolcado a la costa en otra ocasión, todavía persiguiendo "su" Atlántico, el hámster baluchi declaró: "Nunca renunciaré a mi sueño. Me detuvieron cuatro o cinco veces, pero nunca me rendiré". Y parece que su misión no es sólo un desafío personal. Baluchi tiene un corazón de oro: "Mi objetivo es recaudar fondos para las personas sin hogar, para la Guardia Costera (captatio benevolentiae), para la policía y para los bomberos. Están al servicio de la comunidad, lo hacen por seguridad y ayuda a otros."

Sonrío y sueño con otro Atlántico.
Quizás yo también esté un poco loco, pero aunque sonrío al pensar en estas historias, me resulta imposible no admirar la determinación y la pasión de personas como Reza Baluchi. En una época en la que a menudo nos conformamos con la rutina, él nos recuerda que vale la pena perseguir los sueños, sin importar cuán grandes o improbables sean.
Conozco mucha, demasiada gente que corre como hámster dentro de ruedas menos excéntricas y menos poéticas, a veces invisibles, sin siquiera un Atlántico que cruzar. Ojalá tuvieran una pizca de la voluntad loca e indomable de este hombre que quiere cruzar un océano corriendo.