En el vasto mundo de la medicina estética, la queratopigmentación ha representado una auténtica revolución. Imagínate una época en la que cambiar el color de ojos era un sueño imposible, relegado a las lentillas o a las fantasías de quienes querían una mirada diferente. Pero ahora, años después de su introducción, es hora de hacer un balance. ¿La queratopigmentación ha cumplido sus promesas? ¿Y cuáles fueron las implicaciones a largo plazo de esta práctica?
La ciencia detrás de la queratopigmentación
El color de ojos de una persona está determinado por la cantidad y distribución de melanina en el iris. Por ejemplo, aquellos con ojos oscuros, como negros o marrones, tienen más melanina que aquellos con ojos claros, como verdes o azules. Hace apenas unos años, la idea de cambiar el color de ojos de negro a azul era pura fantasía. Pero gracias a los avances médicos y tecnológicos, hoy en día no sólo es posible, sino que se está volviendo cada vez más popular.
¿Cómo funciona?
El proceso de queratopigmentación consiste en realizar un fino túnel intracorneal en el ojo del paciente con la ayuda de un láser. Posteriormente, se inserta un pigmento especial para cambiar el color del iris según los deseos del paciente. Una especie de tatuaje. A diferencia de otras técnicas más complejas, la queratopigmentación sólo afecta a la superficie del ojo, evitando complicaciones como sangrado, infección, desprendimiento de retina o glaucoma.

Seguridad y reversibilidad
Uno de los aspectos más fascinantes de este procedimiento es su reversibilidad. Si alguien cambia de opinión sobre el color de ojos, simplemente puede volver al color original. Pero lo más importante es que la queratopigmentación parece ser relativamente segura. De hecho, permítanme reformular esto: si bien es imposible predecir los efectos a largo plazo, la mayor parte de la evidencia científica de los últimos 10 años sugiere que, si se realiza correctamente, este procedimiento no representa ningún riesgo grave para la salud del paciente.
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Limitaciones y consideraciones futuras
Al momento de escribir este artículo, una de las limitaciones de la queratopigmentación es la disponibilidad de pigmentos biológicamente compatibles. En otras palabras, sólo hay unos pocos colores aprobados médicamente. Muchos de estos pigmentos reaccionan a la luz, por lo que puede producirse una oxidación a largo plazo. Por eso es fundamental elegir clínicas que trabajen únicamente con pigmentos oftalmológicos.
Si analizamos esta tendencia, es fácil predecir que la práctica del cambio de color de ojos podría aumentar enormemente en los próximos años junto con el aumento de la experiencia clínica, la reducción de costes (hoy relativamente elevados, en un rango entre 3000 y 8000 euros). ) y el desarrollo de pigmentos corneales más apropiados, específicos y diversificados.
Cuando decimos “mirar al futuro con otros ojos”.