No me andaré con rodeos: los paneles solares están por todas partes, pero una vez agotada su función se convierten en un problema. Una startup francesa con un nombre un tanto ingenuo, Rosa Solar, ha ideado un método para reciclar paneles solares de forma eficiente separando y reutilizando materiales como el cobre, la plata y el silicio.
Una solución que podría cambiar la forma en que gestionamos la energía solar en un futuro próximo.
El secreto: la “descomposición”
A medida que la adopción de paneles solares crece a un ritmo exponencial, la cuestión de su reciclaje se vuelve crucial. Rosi Solar afrontó el desafío con un enfoque innovador: "descomponer" los paneles.
Detrás de esta empresa está yun luo, una física con una visión de un mundo donde la fotovoltaica y la sostenibilidad van de la mano, apoyada en Guy Chichignoud, experto en purificación de silicio.
Reciclar paneles solares, por cierto, no significa simplemente desmontarlos (también porque no soluciona gran cosa), sino separar y reutilizar sus componentes esenciales en un proceso de tres pasos.
El corazón del proceso es un tratamiento térmico, mecánico y químico. Comienzo Calentar los paneles a altas temperaturas para eliminar el polímero externo. Con posterioridad, las piezas que contienen cables de plata y cobre están aisladas con silicio. ¿El último paso? Un tratamiento químico que consiste en sumergir los metales en baños específicos para separar la plata del cobre. Resultado: muchos materiales que ya no se desperdician, sino que encuentran una nueva vida.
Kerf y reciclaje de paneles solares.
El “kerf”, una especie de “lodo de silicio”, es un producto secundario del proceso de corte de los paneles solares. Está fabricado en silicio puro y puede ser reutilizado, mientras que las partículas de silicio, una vez purificadas, vuelven al inicio del ciclo productivo.
La empresa francesa tiene planes ambiciosos: primero, reciclar hasta 100.000 paneles solares antes de fin de año. En cifras estamos hablando de 100 toneladas de cobre, 60 toneladas de silicio y 180 kg de plata en circulación. Europa los recibe con los brazos abiertos, otros mercados globales como Estados Unidos, China y Japón están empezando a pensar en ello.