En el corazón de un laboratorio de la Universidad de Colorado en Boulder, un equipo de investigación ha realizado un descubrimiento que podría cambiar nuestra relación con la luz. Los investigadores han creado nanocristales orgánicos que, bajo el efecto de la luz, generan una fuerza mecánica capaz de levantar una masa 1000 veces mayor que la propia.
La parte más interesante de la investigación publicada en Nature Materials (te lo enlazo aqui) es que esta transformación se produce sin la ayuda de calor o electricidad. Una perspectiva apasionante que abre nuevas vías para la ciencia y la ingeniería de materiales.
El poder de los nanocristales
La luz siempre ha jugado un papel central en nuestra existencia. Lo hace todo: impulsa nuestros ritmos circadianos, alimenta las plantas a través de la fotosíntesis e ilumina nuestro mundo. Incluso puede afectar nuestra visión y vías mentales, según las últimas investigaciones en el campo. de optogenética.
Ahora, gracias a los avances en la ciencia de los materiales, la luz está demostrando tener un potencial aún mayor.
Los nanocristales desarrollados por investigadores de Universidad de Colorado, Boulder son materiales fotomecánicos diseñados para transformar directamente la luz en fuerza mecánica. Una transformación resultante de un delicado equilibrio entre fotoquímica, química de polímeros, física, mecánica, óptica e ingeniería.
Un paso adelante en la ciencia de los materiales
El equipo dirigido por ryan hayward ha llevado la investigación sobre estos materiales a un nuevo nivel. Los nanocristales orgánicos no sólo se doblan bajo el efecto de la luz, sino que también levantan objetos más pesados que ellos. Mucho más pesado. Como explicó el propio Hayward, "eliminaron al intermediario" y transformaron directamente la energía luminosa en deformación mecánica.
Como con cualquier misión de este tipo, por supuesto, hubo desafíos que superar. Uno de los mayores desafíos con los materiales fotoquímicos ha sido generar una respuesta mecánica a gran escala a partir de movimientos a nivel molecular. Esto requiere que las moléculas reactivas estén organizadas de modo que todas empujen en la misma dirección.
¿La solución? El uso de nanocristales orgánicos. diarioleteno como componente fotoactivo, insertado en un material polimérico con poros de dimensiones micrométricas.
El potencial de aplicación
Si bien aún queda trabajo por hacer, como señaló Hayward, esta investigación representa un paso significativo hacia un futuro en el que la luz podría convertirse en una fuente de energía mecánica aún más poderosa. Por decir lo menos: imagine robots, vehículos o drones alimentados por rayos láser en lugar de baterías pesadas. Y no solo:
- Medicina y Salud: Los actuadores fotomecánicos podrían usarse en dispositivos médicos miniaturizados, como microrobots que, una vez introducidos en el cuerpo, pueden ser guiados y activados por la luz para realizar cirugías de precisión o administrar medicamentos directamente en el sitio de interés.
- Energía y Medio Ambiente: Estos nanocristales podrían integrarse en paneles solares de próxima generación, convirtiendo directamente la luz solar en movimiento mecánico, que luego podría convertirse en energía eléctrica. Esto podría hacer que los paneles solares sean más eficientes y versátiles.
- Electrónica de consumo: Dispositivos electrónicos flexibles y plegables, como teléfonos inteligentes o tabletas, podrían usar estos nanocristales para cambiar su forma o posición en respuesta a la luz. Por ejemplo, una pantalla que se pliega o se ajusta automáticamente a las condiciones de iluminación del entorno.
En resumen, parece que el camino hacia un futuro alimentado por la luz está aún más iluminado.