Si te dijera que las calles por las que caminas todos los días, las casas en las que vives, podrían convertirse en las baterías eléctricas más grandes que jamás hayas visto, ¿me creerías? No, ¿eh? Yo tampoco lo creería. Y, sin embargo, eso es exactamente lo que buscan los investigadores que están convirtiendo el hormigón común en un supercondensador capaz de almacenar energía renovable. ¿Como? Gracias a un ingrediente sorprendentemente simple: el negro de humo.
¿Qué es el negro de humo?
El negro de carbón, también conocido como negro de carbón, es una forma de partículas de carbón que se obtiene de la combustión incompleta de hidrocarburos. Es un material ampliamente utilizado en diversos sectores industriales, incluida la producción de neumáticos, tintas y pinturas, gracias a sus propiedades de resistencia y conductividad.
El futuro del hormigón supercapacitor
La energía limpia es la llave que puede abrir la puerta a un futuro sostenible. Pero, ¿cómo podemos almacenarlo de manera eficiente? Para el equipo de MIT y Instituto Wyss, al parecer, la respuesta estará bajo nuestros pies.
Al mezclar cemento y negro de humo con agua, los investigadores crearon un hormigón compuesto de estructuras similares a hilos ramificados con una red fractal de carbono conductora electrónicamente. La cabeza me da vueltas, lo escribí todo de una vez. Luego, este hormigón se impregnó con una solución salina conductora, que permite que las partículas cargadas del electrolito se depositen en las estructuras de alambre de carbono. ¿El resultado? Un supercondensador de hormigón.
Un bloque de hormigón, una batería gigante
Durante los experimentos, los investigadores conectaron tres supercondensadores de cemento y carbono, lo que dio como resultado el equivalente a una batería de 3 V. Pero no se detuvieron ahí. Su próximo objetivo es diseñar supercondensadores de 12 V, conectados para lograr una mayor potencia de carga. Según sus estimaciones, un bloque de hormigón de 3,5 m podría almacenar 10 kWh de electricidad.
Esto significa que nuestros hogares y calles podrían convertirse en enormes reservas de energía renovable. El potencial de este supercondensador de hormigón es inmenso. Podría convertir los cimientos de los edificios en baterías eléctricas gigantes, almacenando el exceso de energía renovable de manera eficiente y fácilmente accesible.
No solo. Los investigadores también están explorando la posibilidad de construir carreteras de concreto que puedan proporcionar carga sin contacto para vehículos eléctricos en movimiento. Imagine un futuro en el que las carreteras no solo nos lleven del punto A al punto B, sino que también carguen nuestros coches mientras conducimos.
El futuro está (casi) aquí
A pesar del entusiasmo que siguió al estudio publicado en PNAS (puedes encontrarlo aquí) todavía queda trabajo por hacer. Y no poco, en mi opinión: los investigadores necesitan encontrar la mejor manera de mantener el hormigón húmedo de la solución electrolítica durante su uso.
Si tienen éxito, será un desarrollo verdaderamente emocionante. Está bien, lo dije. Perdóname, no pude resistirme: de alguna manera tenía que cerrar.