Las redes sociales han revolucionado la forma en que nos conectamos, especialmente para la generación más joven. Instagram, TikTok, WhatsApp y otras plataformas se han convertido en una parte integral de nuestra vida diaria, lo que hace que sea casi imposible romper con el desplazamiento diario en nuestros dispositivos digitales.
Sin embargo, desde hace un tiempo conocemos cada vez mejor el lado oscuro de esta revolución digital: el uso excesivo de las redes sociales puede ser tan dañino para nuestra salud mental como el alcohol o la cocaína.
Una alarma que suena desde hace tiempo
Expertos en salud mental han estado haciendo sonar la alarma durante años. Según ellos, el uso de las redes sociales se puede comparar con una adicción a las drogas. Una adicción patológica que, según los datos, ya aqueja 210 millones de personas por todo el planeta: los otros, los "no adictos", siguen pasando 2 horas y media de su vida todos los días desplazándose con el ratón o el móvil.
ana lembke, profesor de psiquiatría y medicina de adicciones en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, explica que las redes sociales explotan nuestra necesidad de conexión humana. "La conexión humana es vital para la supervivencia. Estamos programados, durante millones de años de evolución, para conectarnos con otras personas", dice. Pero las redes sociales han transformado la forma en que nos conectamos. Hicieron el proceso más fácil y accesible, casi instantáneo. Casi aséptico. Definitivamente más peligroso.

Desplazarse entre mil conexiones: una poderosa droga
Las redes sociales han hecho que el esfuerzo de conectarse con otros sea redundante, trasladando ese esfuerzo en línea y agregando tres ingredientes principales: novedad, accesibilidad y cantidad. Una combinación que hace que navegar por las redes sociales sea una droga muy poderosa y, para muchos niños, ya sea una trampa. Acerca de 70% de los adolescentes cuestionado en este estudio dijo de sentirse excluido o marginado debido a las redes sociales. Sin embargo, no puede salir de eso.
Todavía no existen normas jurídicas que regulen este estado de cosas, por lo que la única posibilidad es sensibilizar a la población. Las redes sociales representan un riesgo para la salud mental y el bienestar de niños, niñas y adolescentes.
Un problema de salud pública
hoy en día, más del 95% de los jóvenes de 13 a 17 años en los EE. UU. dicen que usan una plataforma de redes sociales, y más de un tercio dice que usa uno "casi constantemente". La creciente preocupación es que las redes sociales se han convertido en un importante contribuyente al colapso mental general en los adolescentes estadounidenses (pero en Europa no es mucho mejor).
Por el momento, sin reglas que rijan, la responsabilidad recae en los padres y usuarios. Lembke sugiere identificar el tipo específico de medio digital que nos está impactando y eliminarlo durante cuatro semanas, en una especie de "desplazamiento rápido y dopamina".
"No decimos que eliminemos todos los dispositivos y todas las redes sociales o incluso todos los medios", dice el investigador, "sino identificar los que son problemáticos y eliminarlos durante cuatro semanas, que es en promedio el tiempo que se tarda en restablecer el caminos de recompensa".
Un futuro por reescribir
Hemos estado escribiendo esto periódicamente durante años: ahora está claro que el uso excesivo de las redes sociales es un problema grave que está contribuyendo a una creciente crisis de salud mental entre los jóvenes.
Pero no todo está perdido. Todavía podemos tomar el control de nuestra vida digital, identificar plataformas problemáticas y tomar un respiro. Porque, al final, nuestra salud mental es más importante que cualquier scroll, me gusta, compartir o comentar.