Hay una novedad (la enésima, estos días) que dará mucho que hablar: Google ha sacado del cilindro una herramienta, llamada Génesis, capaz de producir artículos periodísticos. Y lo está ofreciendo tranquilamente a los medios: no me refiero a sitios como Futuro Prossimo, por supuesto, sino a gigantes como el New York Times o el Wall Street Journal.
¿Tiempos aún más difíciles para los periodistas?
No pero
Comentando la noticia sobre esta circunstancia (curiosamente solo difunde del New York Times. ¿O de una parte del equipo editorial?), señala Google predeciblemente que Génesis no está aquí para robar el trabajo de los periodistas. Más bien, allá en Palo Alto lo imaginan como un asistente personal, listo para echar una mano en algunas tareas, dejando a los periodistas más tiempo para otras actividades. En otras palabras: la motivación estándar.
¿Qué tan cierto es eso? No todo el mundo está convencido, ni siquiera en el panorama de las grandes editoriales. Algunos (probablemente los que aún no están interesados en la "prueba", o tal vez incluso los que quedaron fuera) levantaron más de una ceja, señalando cuán precioso y complejo es el trabajo detrás de la producción de noticias.

No es la primera vez
En una inspección más cercana, Génesis ya tenía predecesores. En el pasado reciente, publicaciones como CNET o BuzzFeed ya han probado herramientas de inteligencia artificial, pero a menudo con resultados inexactos y problemas de plagio.
Y claramente la reacción de los periodistas no ha sido la mejor. Las preocupaciones (y la ira) de los insiders parecen destinadas a aumentar progresivamente.
¿Malas noticias?
La entrada de un gigante como Google en este campo podría acelerar la adopción de estas tecnologías, y provocar un efecto cascada con resultados inimaginables (¿o sí? Hace tiempo que sabemos que en unos años la Red estará saturado de contenidos generados por inteligencia artificial).
Google puede insistir todo lo que quiera, y nosotros también podemos decirnos que una IA no puede reemplazar el corazón del periodismo (y que Bard, digamos, está mejorando bastante pero tiene que comer un poco más de pan para mantenerse al día).
La verdad, queridos amigos y lectores, es que nos encontramos en una encrucijada. Por un lado, la innovación y la tecnología que prometen hacer todo más eficiente. Por otro, la esencia misma de la información, el periodismo y la difusión.
Como siempre, la tecnología es solo una herramienta, depende de nosotros decidir cómo usarla: pero esto podría convertirse en una opción de supervivencia.