Había una vez Optimus, uno de los primeros prototipos de robot Tesla que cojeaba, un poco torpemente, por el escenario. Hoy, las últimas imágenes revelan que esta pila de chatarra ha logrado avances gigantescos, o al menos más seguros. En primer lugar, aprender a caminar (sólo hacia adelante y lentamente) sin las incertidumbres de la primera aparición. Pero eso no es todo.
Que mano fria
Por el amor de Dios, no me cites Boston Dynamics e Atlas: es un proyecto sumamente diferente, con propósitos y filosofía diferentes, incomparables. Se trata de un robot diseñado para realizar el viaje desde el prototipo hasta una vivienda civil. tan pronto como sea posible (y aún tomará el tiempo que sea necesario).
Personalmente considero un buen avance que Optimus ya no camine como si defecara en los pantalones, pero hay más. En los vídeos recién publicados, el Tesla Bot recoge y reconoce objetos aprendiendo por sí solo o con ejemplos humanos. Imagínelo por la casa recogiendo calcetines para ti: tal vez ya no sea una perspectiva tan lejana.
El viaje de Optimus
Lo más sorprendente de estos vídeos, presentados por Elon Musk a los accionistas de Tesla, es lo que no se ve pero se sabe. El progreso de Optimus ha llegado en un espacio de tiempo bastante corto, solo siete meses.
A este ritmo, ¿qué harán los Tesla Bots en dos años? Estos seres están aprendiendo a descubrir y memorizar su entorno y a entrenar su inteligencia artificial gracias a los movimientos seguidos por los humanos, no es ninguna broma.
Un chico le enseñó a Optimus a realizar una tarea básica (recoger objetos de un contenedor y colocarlos en otro) y lo realizó sin ningún problema particular.
Ya aprieta un poco
Para empezar a correr, primero debes saber caminar. El progreso de Optimus nos muestra que de alguna manera estos dos procesos están ocurriendo en paralelo.
No está lejano el momento en que los rumores se centrarán en los primeros escenarios de adopción (posiblemente industrial y militar, a pesar de la vocación "doméstica" de estos robots). Y será el momento de materializarse. el miedo a lo desconocido, porque la robótica pondrá todas sus cartas sobre la mesa, y las veremos.
Al fin y al cabo, parafraseando la famosa película, Optimus y sus colegas robots son un poco como esa caja de bombones: nunca sabes lo que te tocará... si te los comes todos.