Hay autos que te dan vueltas la cabeza, y luego está Luvly, que te da vueltas la cabeza... al revés. No estoy bromeando. Quiero decir, este microcoche eléctrico sueco no me enamoró a primera vista. No me parece muy bonito, pero podría ser una pequeña sorpresa en el mundo de los coches eléctricos, gracias a su modelo de negocio que recuerda al de IKEA.
Luvly: lo montas tu mismo
Así es: Luvly se venderá en todo el mundo con un método de envío de "paquete plano". Como un mueble de ikea, completo con instrucciones y dibujos explicativos. Un poco como un diseñador había hipotetizado hace dos años. Lo pides, llega a tu puerta y luego lo tienes ensamblado en un centro de ensamblaje local siguiendo las instrucciones. Conveniente, ¿verdad? Entonces le vuelves la cabeza incluso al carrocero cerca de la casa. Cuadriciclo más, cuadriciclo menos.
El microcoche "para montar" pesa sólo 400 kg y tiene un consumo medio de 60 Wh/km. Con solo un kWh de energía se pueden recorrer unos 16 kilómetros. La batería, dividida en dos módulos de 15 kilos cada uno, se recarga desde la toma de corriente normal de casa. Con una capacidad de 6,4 kWh, ofrece una autonomía de aproximadamente 100 km.

Si no se desarma mientras camina, es un microcoche increíble
No dejes que su tamaño te engañe: el Luvly alcanza una velocidad máxima de 90 km/h, perfecto para uso en la ciudad. ¿Solo yo tendría miedo de alcanzarlos? Todavía tengo en los ojos el formidable vuelco del Citroen Ami en aquella curva de Montecarlo. En cualquier caso, el microcoche sueco hace honor a su país de origen y cuenta con excelentes soluciones de seguridad: una carcasa especial en material de espuma en capas, que protege a los ocupantes de diversos escenarios molestos.
¿El precio? Unos 10 mil euros. Luvly's n.1, Hakan Lutz, tiene en mente un futuro ambicioso para este microcoche por su marca. La modularidad del primer modelo debería permitir la creación de versiones deportivas y de trabajo. ¿Qué opinas? ¿Es esta "respuesta" sueca a la necesidad de movilidad sostenible de su agrado, o (como yo) considera a Luvly como un Fiat 126 que no lo logró, de hecho: que nunca lo logrará? Házmelo saber en los canales sociales de Futuro Prossimo.