Imagínate poder viajar durante un mes entero, en todos los trenes regionales y locales de un país, por sólo 49 euros. ¿Demasiado bueno para ser verdad? Con los trenes en Alemania esto es una realidad. El "Boleto de Alemania” ha desatado una auténtica fiebre ferroviaria, llenando los vagones y vaciando las carreteras. Un experimento de movilidad sostenible que superó todas las expectativas, demostrando que un cambio radical es posible.
Trenes en Alemania, todos a bordo del cambio
Parece que los alemanes han descubierto que los trenes no son sólo esos largos que pasan mientras esperas a que suban la barrera del paso a nivel. Con la introducción del billete de 49 euros, viajar en tren de repente se volvió más interesante que quedarse atrapado en el tráfico escuchando por enésima vez “99 Luftballons” en la radio.
¿El resultado? Un auge del 30,4% en los viajes en tren de más de 30 kilómetros. Me imagino que las estaciones alemanas ahora parecen más conciertos de rock que lugares de tránsito. “Entradas, por favor” se ha convertido en el nuevo “¡Uno más!” de fanáticos salvajes.
¿El auto? Nein, gracias
La verdadera sorpresa fue ver a los alemanes abandonar sus queridos coches. Sabemos que Alemania es el país de las autopistas libres (qué suerte tienes), donde el límite de velocidad suele ser sólo una sugerencia educada. Sin embargo, con la introducción del billete Deutschland, Los kilómetros recorridos en coche disminuyeron un 7,6%.
Es como si millones de alemanes se despertaran una mañana y pensaran: “¿Sabes qué? Hoy dejo mi fiel BMW en el garaje y me aventuro en el salvaje mundo del transporte público". Me pregunto si los autos se sienten traicionados.
¿Un billete para salvar el planeta?
Este simple trozo de papel (o más probablemente, una aplicación en tu teléfono) hizo algo increíble: redujo 6,7 millones de toneladas de CO2. Es como si cerráramos una central de carbón que estaba especialmente entusiasmada con su trabajo.
El 4,7% de las emisiones totales del transporte en Alemania: desaparecido. ¡Soplo! Como por arte de magia.
Ahora, prepárate para algunas matemáticas de bar. Antes del billete mágico, alrededor del 10% de los viajes en Alemania se realizaban en tren. ¿Después? 12%. ¿Parece poco? Bueno, intentemos pensar en cuántos millones de personas se mueven por Alemania cada día. De repente, ese 2% se convierte en una multitud que avergonzaría al Oktoberfest. Es como si una ciudad entera decidiera abandonar sus coches y subirse al tren. Probablemente el mismo tren, dado el aumento de pasajeros.
Evidentemente, anticipo algunas críticas superficiales previsibles, no todo es color de rosa (o mejor dicho, raíles y locomotoras). El precio del éxito fue elevado.
Por desgracia, como en toda buena historia, siempre hay un villano. En este caso, se llama “aumento de precio”. Los ministros de Transportes de los Länder alemanes, en un momento de especial inspiración, han decidido aumentar el precio de los billetes. De 49 a 58 euros al mes.
Según las predicciones de los investigadores, esto podría conducir a una caída del 14% en los viajes en tren y un aumento del 3,5% en los kilómetros recorridos en coche. Es como si hubieran decidido poner un freno a las ruedas del tren del progreso. Literalmente.
Trenes en Alemania, la moraleja de la historia
¿Qué podemos aprender de esta aventura ferroviaria alemana? Yo digo que podemos extraer de ello tres lecciones fundamentales.
Primero: Los alemanes, a pesar de su reputación de amantes de los coches, pueden ser sorprendentemente flexibles cuando se trata de ahorrar dinero y salvar el planeta. segundo, a veces las soluciones más simples (como un billete barato) pueden tener efectos enormes. Terza: Quizás, sólo quizás, el futuro de la movilidad sostenible no sean los coches voladores ni el teletransporte, sino los viejos trenes. ¿Quién lo hubiera pensado?
En pocas palabras, si quiere ver cómo se produce una revolución, compre un billete de tren en Alemania. Pero hágalo rápidamente, antes de que el precio aumente y la magia se desvanezca. Y recuerda: la próxima vez que alguien te diga que no puedes cambiar el mundo con 49 euros, cuéntale esta historia. Quizás no lo creas, pero bueno, los números hablan por sí solos. Y en este caso hablan alemán.