Bobby Solo cantó “Domingo de agosto, qué calor hace”, y estos días la canción podría usarse para cualquier día de la semana. Aquí necesitamos un helado: ¿recuerdas la última vez que comiste uno bajo el sol abrasador, luchando contra el tiempo y la gravedad? Escenas que pronto podrían convertirse en un recuerdo. Un helado que no se corre, señores. ¿Qué demonios es esto? Un grupo de investigadores hizo esto con fibras vegetales microscópicas extraídas de desechos de plátano.
poder del plátano
¿Quién hubiera pensado que la salvación de nuestros helados vendría del plátano? No la parte amarilla y sabrosa, sino la parte verde y fibrosa que suele acabar en la basura. Parece que la Madre Naturaleza, cansada de vernos luchar contra los conos que gotean, ha decidido echarnos una mano. O tal vez simplemente estaba cansada de vernos desperdiciar tanto.
Por eso, como Dios en los Blues Brothers, envió humanos a una misión: investigadores Robin Zuluaga Gallego e Jorge A. Velásquez Gallo, probablemente cansado de mancharse los pantalones durante las pausas para tomar el helado, decidió tomar el asunto en sus propias manos. Junto con sus colegas canadienses, extrajeron diminutas fibras vegetales de los tallos de las plantas de plátano, técnicamente llamadas raquis. Enlazo el estudio aquí.
Nuestros hallazgos sugieren que las nanofibras de celulosa extraídas de los desechos del plátano podrían ayudar a mejorar el helado de varias maneras.
Robin Zuluaga Gallego
¿Traducción? Hemos encontrado una manera de hacer que su helado dure más de lo que dura su dieta de verano (eso es seguro).
El helado del futuro resiste al sol
Las fibras vegetales que se añaden al helado hacen maravillas. No sólo ralentizan la fusión, sino que también hacen que el producto sea más cremoso y prolongan su vida útil. Es como si hubieran creado un mini aire acondicionado para cada cono. Tu helado ahora tiene más poder de permanencia que tú en la playa al mediodía.
Imagina poder disfrutar de tu helado sin la frenética carrera contra el tiempo. No más lenguas acrobáticas para atrapar gotas descarriadas. Se acabaron las manos pegajosas que atraen cada grano de arena en un radio de un kilómetro. Podría ser el fin de una era para los fabricantes de toallitas húmedas.
Fibras vegetales y helados heroicos, pero también más saludables
Velásquez Cock sugiere que estas fibras vegetales del plátano no sólo tienen el poder de evitar que el helado se derrita. Podrían sustituir parte de las grasas utilizadas en los productos convencionales: mucho mejor, ¿no?
Con aproximadamente 14,7 millones de toneladas producidas cada año y un mercado global que está cerca de alcanzar los 113 millones de euros en 2028, toda la industria del helado podría sufrir una reestructuración. Positivo, obviamente.
Por supuesto, la investigación aún se encuentra en la fase experimental. Así que, por ahora, tendrás que conformarte con tu clásico helado: el futuro, sin embargo, es brillante (y no pegajoso). ¿Helado que dura horas y conos “reforzados”? Qué puedo decir: gracias, plátanos.