Pensemos (vale decirlo) en una inteligencia artificial que antes de responder una pregunta se para un momento a reflexionar, a pensar para sí misma, considerando diferentes posibilidades y eligiendo la mejor. “¡Qué humana es!” (citado). Esto es lo que un grupo de investigadores logró conseguir gracias a un innovador método de formación llamado "ESTRELLA Silenciosa".
Esta técnica, que proporciona a la IA una especie de "monólogo interior", está demostrando ser capaz de mejorar significativamente las capacidades de razonamiento de los sistemas de inteligencia artificial, abriendo nuevas e increíbles perspectivas para el futuro de esta tecnología.
Si la IA aprende a “pensar” antes de hablar
Hasta ahora, los chatbots más populares como ChatGPT han sido entrenados para generar respuestas fluidas y convincentes, pero sin ninguna capacidad real de “razonar” sobre lo que están a punto de decir o de anticipar posibles rumbos de una conversación. En la práctica, son muy buenos dando respuestas que "suenan bien", pero a menudo carecen de lógica, coherencia y sentido común.
Con Quiet-STAR todo podría cambiar. Este algoritmo desarrollado por Erik Zelikman y colegas de la Universidad de Cornell (Puedes encontrar el documento aquí.) hace algo nuevo. Le indica a la IA que genere una multitud de “razonamiento interno” en paralelo, antes de responder a una entrada. Cuando llega el momento de dar una respuesta, la IA genera una mezcla de predicciones, con y sin razonamiento, y elige la mejor (que puede ser verificada por un humano, según el tipo de pregunta).
Finalmente, aprenda a "pensar" descartando razonamientos que hayan demostrado ser erróneos. En la práctica, es como si la IA estuviera haciendo un “ensayo general” mentalmente antes de hablar, ¡tal como lo hacemos los humanos!
Déjame pensar... QuietStar. ¿Dónde he oído este nombre antes? ¿ES ESO Q*?
En los últimos meses el nombre Q*, o QStar comenzó a circular en relación al "psicodrama" ocurrido en OpenAI. Un terremoto que el destronó, y entonces volver a montar CEO Sam Altman (dirigido por Microsoft). QStar es el proyecto que, según algunos, había provocado el "cisma" en Open AI. Un proyecto que pretende desarrollar una inteligencia artificial con capacidades de razonamiento, memoria y contextualización similares a las de los humanos, posicionándose como un paso intermedio hacia el objetivo final de crear una IA con iguales capacidades cognitivas y luego superior a los humanos, conocido como Superinteligencia Artificial (ASI). ¿Es este QuietStar una “rama” de Q*? Lo sabremos en las próximas semanas.
Un salto adelante en el razonamiento (y las matemáticas)
Los investigadores aplicaron Quiet-STaR para Mistral 7B, un modelo de lenguaje de código abierto, y los resultados han sido impresionantes. La versión “pensante” del Mistral 7B obtuvo una puntuación de 47,2% en una prueba de razonamiento, contra el 36,3% de la versión “vainilla”. Por supuesto, aun así reprobó un examen de matemáticas de la escuela, con un mísero 10,9%. Pero bueno, ¡sigue siendo casi el doble del 5,9% inicial! Un resultado que hace… Pensar.
Eso sí, todavía estamos lejos de cerrar la brecha entre las redes neuronales artificiales y las capacidades de razonamiento humano. Pero Quiet-STAR parece ser un paso en la dirección correcta. A diferencia de otros intentos de mejorar el razonamiento de la IA, que son muy específicos y no generalizables, este método se puede aplicar “silenciosamente” a diferentes tipos de modelos, independientemente de los datos de entrenamiento originales.
¿El futuro de la IA? Un diálogo interno y una pizca de sentido común
Aparentemente, el secreto para lograr IA más inteligentes es hacerlas hablar consigo mismas. Un día tendremos chatbots que, antes de responder a nuestras preguntas, harán una pausa para reflexionar, tal vez diciendo: "Mmm, déjame pensar un momento...". Y quién sabe, este monólogo interno podría conducir a una IA con un poco más de sentido común, capaz de comprender el contexto, captar los matices y predecir las consecuencias de sus palabras.
Por supuesto, el camino aún es largo. Pero investigaciones como ésta nos recuerdan que la inteligencia, ya sea artificial o humana, no es sólo una cuestión de velocidad o potencia informática. Se trata también, y sobre todo, de una cuestión de reflexión, de razonamiento, de capacidad de ponerse en el lugar de los demás. En definitiva, ¿qué nos hace humanos sino nuestra capacidad de pensar, hablar con nosotros mismos, imaginar escenarios futuros y aprender de nuestros errores?
Mientras esperamos que las máquinas lo hagan, comencemos a hacerlo de nuevo también. Si algo aprendo de esta noticia es que a veces, para ser más inteligente, simplemente hay que aprender a pensar antes de hablar. Y esto, créanme, se aplica tanto a los circuitos como a las sinapsis.