¿Existe algún material que pueda ocultarse a los ojos humanos, evadir los radares de microondas y escapar incluso de las técnicas de termografía más avanzadas? Hoy quizás sí, gracias al trabajo pionero de un grupo de científicos deUniversidad de Jilin. Su nuevo metamaterial “invisible”, llamado Quimera, es un homenaje a las capacidades de camuflaje de algunas especies animales, como el camaleón, el dragón barbudo y la rana de cristal.
Esta innovación representa un importante paso adelante en el campo de materiales adaptativos, ofreciendo una gama de aplicaciones que van desde la investigación científica hasta el uso militar.
Desarrollo biológico e inspiración.
El punto de partida al crear Quimera fue examinar las estrategias de camuflaje de especies animales únicas. El camaleon, con su capacidad de adaptar el color de su piel a su entorno. O el dragón barbudo, que regula térmicamente el cuerpo para mimetizarse con la temperatura ambiente. O otra vez la rana de cristal, prácticamente invisible a los ojos de los depredadores. La integración de estas tres características ha dado lugar a un material con propiedades sin precedentes. Como siempre, Vincularé la investigación aquí.
Las capacidades técnicas de Chimera.
Chimera sobresale en tres métodos distintos de invisibilidad multiterreno:
- Camuflaje de banda ancha in situ sintonizable por microondas: El metamaterial imita el reflejo de una amplia gama de terrenos naturales entre 8 y 12 GHz, simulando superficies como agua, arena, pastizales y terreno helado.
- Transparencia óptica: Al igual que la rana de cristal, Chimera mantiene un nivel de transparencia óptica que la hace casi invisible a la luz visible.
- efecto electrotérmico: Al imitar al dragón barbudo, Chimera puede reducir la diferencia térmica máxima entre él y su entorno a solo 3.1°C, un cambio demasiado sutil para que el ojo humano lo perciba.
Metamaterial invisible, aplicaciones y futuro.
Además de las implicaciones militares para el camuflaje de personal y equipos, Chimera tiene posibles aplicaciones científicas, como el estudio de especies animales en su hábitat natural, sin alterar ni influir en el comportamiento natural debido a la presencia humana o al equipo.
Además, su compatibilidad con los materiales y técnicas de camuflaje existentes lo convierte en un candidato prometedor para un despliegue rápido y versátil.
En conclusión, “la Quimera invisible” abre nuevos horizontes para aplicaciones futuristas y multidisciplinares de todo tipo. Siempre que puedas verlos, claro.