La atracción del cosmos es irresistible, pero el cuerpo humano parece pensar de manera diferente. En el espacio, lejos de la Tierra, existen peligros insidiosos para nuestra salud: la investigación científica descubre cada vez más.
La conquista del espacio, que siempre ha sido un sueño de la humanidad, choca con una cruda e indiscutible realidad física. ¿Cual? El cuerpo humano no está hecho para vivir fuera de la atmósfera terrestre. Nuestro organismo, que evolucionó en el contexto de la gravedad terrestre y de una atmósfera rica en oxígeno, encuentra serias dificultades cuando se expone al entorno espacial.
Cuerpo humano, el desafío de la gravedad cero
El primer y más conocido efecto de una estancia prolongada en el espacio es el Pérdida de densidad ósea y muscular. En ausencia de gravedad, los músculos y huesos, que ya no están tan estresados como en la Tierra, tienden a debilitarse. Los astronautas deben someterse a rigurosos programas de ejercicio para contrarrestar este fenómeno, pero a pesar de ello, el regreso a la Tierra suele estar marcado por un período de rehabilitación.
Un artículo de la NASA publicado en Nature (aquí lo tienes) explica que en el ambiente de microgravedad de la Estación Espacial Internacional, los huesos y músculos no tienen que soportar la masa del cuerpo humano, lo que lleva a su pérdida o atrofia sin ejercicio terrestre. La investigación describe cómo la pérdida ósea inducida por la microgravedad es un riesgo significativo y no resuelto para los viajeros espaciales, ya que aumenta la probabilidad de fracturas y formación de cálculos renales.
“Problemas” inesperados.
Entre otros problemas insidiosos relacionados con los viajes espaciales está el disfunzione eptile. un estudio sobre Revista FASEB (lo enlazo aqui) asocia la exposición a altos niveles de radiación cósmica galáctica (GCR) y microgravedad durante misiones espaciales con un mayor riesgo de estrés oxidativo y disfunción endotelial.
En su metodología, el equipo de investigación sometió a 86 ratas a un régimen de cuatro semanas que simulaba las condiciones espaciales en el Laboratorio de Radiación Espacial de la NASA. Los exámenes de seguimiento realizados entre 12 y 13 meses después evaluaron los daños a largo plazo.
¿Los resultados? Revelan un riesgo para la salud previamente no reconocido: un deterioro prolongado de la función eréctil neurovascular que puede afectar la salud sexual de los astronautas por el resto de sus vidas después de regresar de misiones espaciales prolongadas.
Adiós uñas
Muchos astronautas pierden las uñas después de los paseos espaciales, un fenómeno conocido como onicólisis.
Según un artículo de National Geographic (lo enlazo aqui), la presión sostenida sobre las yemas de los dedos durante actividades extravehiculares (EVA) provoca dolor intenso y pérdida de uñas en los cosmonautas. La pérdida de circulación podría explicar la caída de las uñas y sugiere que unos guantes nuevos o personalizados con articulaciones robóticas podrían ser la solución para los astronautas.
El cuerpo humano y la exploración espacial: la investigación continúa
Los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) son experimentos vivientes para los científicos en tierra mientras buscan comprender mejor los efectos del espacio en el cuerpo humano. Esta investigación es esencial para prepararse para futuras misiones.
Hay muchas cosas en las que trabajar, pero si quieres mi opinión, buena parte de los esfuerzos deberían concentrarse en diseño de traje espacial, que en las misiones espaciales debería considerarse la auténtica segunda piel del cuerpo humano. A este nivel se juega un papel crucial, como habéis leído. El desafío es crear trajes que protejan a los astronautas manteniendo su salud y función física. No es fácil.
Hacia nuevas fronteras
A pesar de los obstáculos, la exploración espacial sigue siendo una prioridad para agencias como la NASA. El programa Artemis, que planea devolver humanos a la Luna, y las misiones a Marte en la década de 30 son ejemplos de cómo la ambición humana traspasa los límites del cuerpo.
Nuestra presencia en el espacio sigue siendo un campo de estudio fascinante y desafiante. Los astronautas que viajan al espacio no sólo son exploradores, sino también pioneros de una nueva comprensión del cuerpo humano y sus capacidades.
El camino hacia las estrellas está plagado de desafíos, pero nuestra sed de conocimiento y nuestra determinación de explorar nos llevarán cada vez más lejos. Ojalá con todas las uñas (y joyas de la familia).