Si les dijera que la clave para comprender el futuro demográfico global está en el pasado de Francia, pensarían que estoy exagerando. Sin embargo, así es exactamente como es. Mientras que el mundo entero ha visto una disminución de los nacimientos sólo en los últimos dos siglos, Francia se anticipó a esta tendencia 100 años.
La explicación, señala un investigador en un estudio reciente (que te enlazo aquí), no reside en las máquinas de vapor ni en las fábricas, sino en un cambio cultural y espiritual. Pero primero lo primero.
El rompecabezas francés
Imaginemos un mundo en el que Francia tenga 250 millones de habitantes. Suena a ciencia ficción, ¿verdad? Sin embargo, si Francia hubiera seguido las tendencias demográficas del Reino Unido, este sería nuestro presente. Pero Francia tomó un camino diferente, un camino que comenzó a recorrer un siglo antes que cualquier otro país.
¿Y la razón detrás de todo esto? No la Revolución Industrial, ni un auge económico, sino un fenómeno mucho más sutil y penetrante: secularización.
Más allá de la revolución industrial
Cuando pensamos en los grandes cambios que han dado forma a la sociedad humana, nuestra mente inmediatamente se remonta a la Revolución Industrial. Guillermo blanco, investigador de la Universidad de Manchester, piensa diferente.
Francia era un país relativamente pobre y en gran medida analfabeto cuando comenzó su transición demográfica. Países como el mencionado Reino Unido incluso experimentaron un aumento temporal de la fertilidad poco después de la Revolución Industrial. Entonces, ¿qué provocó la disminución de los nacimientos en Francia?
Dios esta muerto
Blanc cree que la respuesta está relacionada con la religión. Utilizando genealogías colaborativas, documentó por primera vez la disminución de la fertilidad e identificó sus orígenes. Con el secularización En el siglo XVIII, la Iglesia católica perdió influencia y ya no pudo oponerse al control de la natalidad.
Este proceso de “descristianización” fue desencadenado por un creciente antagonismo hacia las autoridades religiosas, a menudo asociado con un régimen monárquico absolutista.
La secularización ha tenido un impacto mayor en las zonas más densamente pobladas, y dondequiera que haya tenido un impacto mayor, las tasas de fertilidad han caído más rápidamente. Esto no sólo cambió el curso de la historia francesa, sino que también tuvo repercusiones en todo el continente europeo y, dada la importancia colonial tanto del Reino Unido como de Francia, probablemente en todo el mundo.
Un futuro alternativo
Si Francia hubiera seguido las tendencias demográficas del Reino Unido, como se ha mencionado, hoy tendría 180 millones de habitantes más. Pero no es sólo una cuestión de números. La reducción de los nacimientos ha permitido un aumento del nivel de vida, un fenómeno que ha marcado la historia de la humanidad mucho más de lo que pensamos.
La lección que podemos aprender es que no es sólo la tecnología la que da forma al futuro. Los factores culturales y sociales, como la secularización, pueden tener un impacto igualmente profundo. Especialmente en estos tiempos, en los que los desafíos del siglo XXI entran en el corazón de la historia, es esencial no subestimar el poder de los cambios culturales y sociales a la hora de configurar nuestro destino común.