Si cree que escuchar voces es un fenómeno limitado a quienes padecen trastornos mentales, es posible que deba reconsiderar sus creencias. Un estudio reciente utilizó la robótica para hacer que personas sanas escucharan voces, arrojando nueva luz sobre los mecanismos cerebrales detrás de las alucinaciones auditivas.
El descubrimiento que lo cambia todo
Hasta hace poco, la ciencia tenía pocas herramientas para estudiar las alucinaciones auditivas, un fenómeno a menudo asociado con afecciones psiquiátricas como la esquizofrenia. Pero ahora, gracias a un equipo de investigadores dirigido por Pavo Orepico Desde la Universidad de Ginebra, tenemos una nueva forma de explorar este rompecabezas de la mente humana. Utilizando un robot, los científicos han logrado inducir alucinaciones en individuos sanos, ofreciendo una nueva perspectiva sobre cómo nuestro cerebro a veces puede engañarnos.
El método: entre la robótica y la psicología
El equipo de investigación utilizó un enfoque ingenioso para estimular las alucinaciones en los participantes. Los investigadores grabaron las voces de los participantes mientras hablaban palabras francesas monosílabas con connotaciones negativas.
Luego, estas grabaciones se estandarizaron en cuanto a intensidad y duración del sonido, creando un conjunto de estímulos del habla que se utilizaron en una tarea de detección de voz. Intentemos entendernos de forma sencilla (si aún quieres consultar el estudio completo, aquí lo tienes).
Inducir voces "falsas" en la mente: las fases del experimento
Fase 1: Toque del robot
A los participantes se les vendaron los ojos y un robot les tocó la espalda mientras movían un dedo. A veces el toque era sincrónico con el movimiento, otras veces había un pequeño retraso.
Fase 2: Prueba de audición
Los participantes escucharon ruido de fondo y tuvieron que decir si escuchaban una voz o no. Esto ayudó a comprender cuán sensible era su audición.
Fase 3: Tocar y oír juntos
Aquí, los participantes realizaron la prueba de audición mientras el robot continuaba tocándoles la espalda. La idea era ver si el toque del robot los confundía lo suficiente como para hacerles escuchar voces que no estaban allí.
Voces inducidas: las implicaciones
Los resultados mostraron que el momento de la estimulación sensoriomotora desempeñaba un papel crucial. Cuando el golpe en la espalda fue sincrónico con los movimientos de los dedos, los participantes reportaron significativamente más falsas alarmas, lo que indica la percepción de escuchar voces que en realidad no estaban allí. Esto sugiere un vínculo fascinante entre la retroalimentación sensorial de las acciones propias y la creación de alucinaciones auditivas.
Limitaciones y perspectivas de futuro
A pesar de la innovación, el estudio tiene limitaciones. En primer lugar, el tamaño de la muestra es relativamente pequeño y los participantes procedieron de la población general. Los estudios futuros pueden beneficiarse de muestras más grandes y diversas, incluidas personas con enfermedades psiquiátricas diagnosticadas.
En cualquier caso, por el momento el estudio representa un importante paso adelante en la comprensión de las alucinaciones auditivas. No sólo nos ayuda a comprender mejor los mecanismos cerebrales detrás de este fenómeno, sino que también abre la puerta a nuevos métodos de tratamiento para quienes padecen trastornos psiquiátricos. Y en estos casos, cada paso adelante es un paso hacia la esperanza.