El panorama del transporte de mercancías podría alejarse de las rutas marítimas, donde los barcos dominan sin oposición, para apuntar al cielo. ¿El mérito? Todo sobre un nuevo protagonista que se acerca: su nombre es Droneliner. Esta empresa británica ha lanzado una innovación que podría cambiarlo todo: un enorme dron de carga no tripulado, capaz de transportar hasta 350 toneladas. Un auténtico gigante con alas, diseñado para hacer que el transporte aéreo sea más eficiente y sostenible que nunca.
Del mar al cielo
El transporte aéreo siempre ha tenido límites muy específicos y fáciles de identificar. Los aviones, diseñados principalmente para el transporte de pasajeros, tienen una capacidad de carga limitada y costes elevados. El combustible, la tripulación, las operaciones de carga y descarga: todo contribuye a hacer del aire una solución costosa. Y luego está el problema de los aeropuertos, cada vez más congestionados y orientados al tráfico de pasajeros.
¿Cuál es entonces la idea de Droneliner? La empresa ha diseñado un dron gigante específicamente para el transporte de carga. Olvídate de fuselajes redondos y espacios no utilizados: cada centímetro cúbico está optimizado. Lo mejor de todo es que es completamente autónomo. Esto significa reducción de costes y mayor flexibilidad.
Un dron gigante diseñado para mercancías
Los aviones tradicionales tienen forma cilíndrica, ideal para pasajeros pero no para carga. Droneliner ha invertido esta lógica. Sus aviones pueden albergar hasta 40 contenedores de 6 metros, gracias a un diseño innovador que permite la carga y descarga por ambos extremos. Y sin tripulación a bordo, la disposición de la carga en el gigantesco túnel de drones no tiene límites.
Se presentan dos modelos: el DL200 y el DL350. El primero, con motor híbrido turbofan, puede transportar 200 toneladas de carga, mientras que el segundo, equipado con dos motores, alcanza las 350 toneladas. Ambos tienen un alcance de 6.500 millas náuticas, lo que los hace ideales incluso para el transporte intercontinental.
Eficiencia y versatilidad
En términos de eficiencia, la ambición de Droneliner es tan gigantesca como la de sus drones: el sistema híbrido ya reduce las emisiones (aunque no mucho). Con combustibles sostenibles, como el combustible de aviación (SAF) y el hidrógeno, el objetivo es reducir las emisiones de carbono en un 95%.
La impresión es que veremos estos aviones con fines militares, para repostar combustible en vuelo, para asistencia en casos de desastre e incluso para llevar ayuda a zonas remotas. Luego sí, quizás más adelante (si se confirma el optimismo sobre la sostenibilidad económica) también en la logística de mercancías.
Tal vez sea solo una cuestión de tiempo, y el futuro del transporte de carga estará realmente en el aire, con un contenedor gigante volando solo. Por supuesto, dígalo así.