La APEM, Abreviatura de Laboratorios Federales Suizos de Ciencia y Tecnología de Materiales, es un instituto de investigación suizo de renombre internacional especializado en ciencia y tecnología de materiales. Durante años se ha dedicado al desarrollo de soluciones innovadoras (que seguimos) en diversos sectores, incluido el energético. Hoy, los investigadores de EMPA han dado un importante paso adelante en el campo de las baterías recargables, desarrollando una batería delgada que no sólo es más segura y duradera que las baterías de litio tradicionales, sino también más sostenible desde el punto de vista medioambiental.
Esta innovación promete reducir drásticamente los tiempos de carga, lo que tendrá profundas implicaciones para una amplia gama de dispositivos electrónicos, desde teléfonos móviles hasta automóviles eléctricos.
La revolución de las pilas recargables delgadas
La energía es el motor de nuestro mundo moderno. Desde el momento en que nos levantamos por la mañana hasta que apagamos las luces por la noche, estamos constantemente rodeados de dispositivos que consumen mucha energía. Y en este escenario, las baterías juegan un papel crucial. Pero no todas las baterías son iguales.
Las baterías de iones de litio, por ejemplo, se han convertido en el estándar de la industria para casi todos los dispositivos electrónicos. Sin embargo, no están exentos de defectos. Su capacidad disminuye con cada ciclo de carga y descarga y son sensibles a los cambios de temperatura. btry (pronunciado "Battery"), una empresa derivada de EMPA, promete cambiar todo eso. Sus delgadas baterías son recargables en tan solo un minuto, mucho más resistentes a los cambios bruscos de temperatura y, lo más importante, no son inflamables.

Un salto al futuro
El secreto de esta tecnología está en la precisión. Imagina que quieres construir una pared con ladrillos LEGO, pero cada ladrillo está hecho de un material especial y debe colocarse en un orden específico. Los investigadores de EMPA utilizaron una técnica llamada "recubrimiento al vacío", que funciona un poco como una impresora 3D súper avanzada. En lugar de plástico, rocía pequeñas partículas en capas perfectas sobre una base. Un proceso más caro que los tradicionales, pero al final se obtiene una batería que tiene varias ventajas respecto a las recargables actuales.
Todavía estamos en las primeras etapas de desarrollo (Voy a vincular la búsqueda aquí), las células de película fina tienen una pequeña capacidad superficial y, por tanto, están limitadas a aplicaciones con bajos requisitos energéticos, como tarjetas inteligentes, dispositivos médicos y pequeños sensores para aplicaciones de IoT. Pero el potencial es enorme. No hay muchas razones para creer que estas baterías delgadas no se convertirán en un estándar de la industria. En un futuro próximo, nuestros dispositivos serán sin duda más eficientes y tal vez (¿listo? Voy a usar el mantra moderno, no te preocupes) más sostenibles. Nuestro coche eléctrico se recargará mientras hacemos una parada rápida en la cafetería, o simplemente esperamos a bordo. Nuestro smartphone volverá a estar al 100% en el tiempo que tardamos en colocarlo sobre una mesilla de noche y estirarnos.
¿Estoy exagerando? Tal vez. Cuestión de tiempo.