¿Damos otro salto hacia el futuro, amigos? Después de todo, para eso estamos aquí. Por supuesto, no necesitas un DeLorean ni una máquina del tiempo. Todo lo que tienes que hacer es emprender un viaje por el panorama sanitario del Reino Unido para encontrarte con un actor clave que está surgiendo. Su nombre es Robot cuidador: para amigos "Care-bot".
Historias verdaderas
Ingrid es una madre que cuida a su hijo Tom, de 22 años, que nació con síndrome de Down. Aunque Tom es una persona tranquila, tímida y educada, necesita ayuda en todos los aspectos de su vida diaria. La historia de Ingrid y Tom es una de millones en el Reino Unido, donde los "cuidadores familiares" constituyen alrededor del 9% de la población. En Italia estamos hablando de 9 millones de personas: cifras muy importantes.
A pesar de los desafíos, Ingrid saca fortaleza de su rol: su rol como cuidadora le ha proporcionado habilidades valiosas, que también ha encontrado útiles en su trabajo como docente. Sin embargo, no hay duda de que también resulta muy agotador.
Y aquí es donde entra en juego la tecnología.
Los robots cuidadores podrían desempeñar un papel vital en la prestación de cuidados. Hoy en día, los "Care-Bots" ya incluyen soluciones como ElliQ, un robot "social" impulsado por inteligencia artificial, que puede ayudar a recordarle a Tom sus necesidades diarias.
Otros "robots de atención" como Pimienta, un robot semihumanoide que lo dije aqui, tuvo dificultades para encontrar aceptación y finalmente puso fin a su producción en 2021. Sin embargo, en general, hay un entusiasmo creciente por el potencial revolucionario de esta tecnología en el cuidado.
Y que hay de Robear, ¿otra creación japonesa? Parece lo que uno esperaría que tuviera un oso robot: ojos grandes y redondos y cuerpo rechoncho. Y no sólo proporciona apoyo psicológico: puede llevar a las personas de la cama a la silla de ruedas.
Podría ser de gran ayuda para los cuidadores, más de la mitad de los cuales también informan tener problemas de salud, o incluso una discapacidad, y por lo tanto encuentran difíciles las tareas físicas del cuidado.
Cuidador, dudas inevitables
Más allá de las oportunidades, como suele suceder con las nuevas tecnologías, las preocupaciones éticas y sociales se ciernen sobre los cuidadores robóticos. ¿El principal? Usted la conoce. Esa dependencia de las máquinas puede conducir a la pérdida de importantes capacidades humanas.
¿Corremos el riesgo de atrofiar nuestra empatía?
Profe Shannon Vallor, filósofo de la tecnología y catedrático de ética de datos e inteligencia artificial en Edimburgo, sostiene que el cuidado es una vía crucial a través del cual realizamos nuestra humanidad y que relegar esta responsabilidad a las máquinas podría tener un costo inesperado.
Robot cuidador: dilemas morales y vasos (medio llenos)
A pesar de todo, Ingrid encuentra significado y satisfacción en el cuidado de su hijo Tom. Ella nunca delegaría estas tareas a un robot, incluso si le costaran su esfuerzo.
Para ella, como para muchos, la asistencia trae consigo una sensación de logro que no deberíamos apresurarnos a relegar a la tecnología. No lo digo yo: muchos estudios lo dicen (incluyendo este).
Sin embargo, la propia Ingrid admite una verdad: ante la perspectiva de envejecer y no poder cuidar a su hijo como lo hace hoy, lo pensaría. Si la perspectiva es ver a Tom en una instalación protegida, su elección sería seguir cuidándolo, tal vez incluso con la ayuda de un robot cuidador.
Por otro lado, se supone que para eso están los robots, ¿verdad? Para ayudarnos, no para reemplazarnos.