Macho alfa, has tenido tu día. Dudo que pertenezca a esa categoría (me alegro un poco, me arrepiento un poco, pero no estoy aquí para hablar de dosis entre las dos cosas), pero parece que el mundo pertenece a otro tipo de masculino. El macho sigma. ¿Alguna vez has oído hablar de ello? Pongamos orden en esta tendencia que no es nueva, pero que ha encontrado en los últimos tiempos un "vigor" impensable.
El origen del Macho Sigma: entre el mito y la pseudociencia
Modelos irreales
Aquí hay algo a lo que no puedes (todavía) culpar ainteligencia artificial. Los modelos del "muy raro e irresistible" macho Sigma llegan a nuestro imaginario colectivo no sólo a través de los lugares de comparación "alternativos" en la red. Se meten en la cabeza de la gente a través de la narración cinematográfica y televisiva. El problema no es la imaginación, evidentemente, sino la cultura. En resumen, el problema es que creemos que esas personalidades realmente existen. Muchos hombres intentan hacer que se ajusten a su carácter, quieren ajustarse a estos modelos tanto como las mujeres intentan adherirse a estándares físicos absurdos, en la creencia de que esto las hace irresistibles.
Don draper, el anunciante mujeriego de la serie “Hombres Locos” es un ejemplo de la categoría. John Wick, el asesino “sensible” que ha causado cientos de muertes desde que comenzó su serie de películas, con el factor añadido de llevar el rostro y el cuerpo de Keanu Reeves. tommy shelby, el protagonista de la serie “Cepillos de pico". ¿Hemos entendido más o menos el tipo? ¿Hombres silenciosos e infalibles? ¿No? Luego hago un retrato más detallado.
El concepto de “Male Sigma” parece haber sido creado a principios de 2010 por el activista y escritor de extrema derecha Teodoro Robert Beale. Según sus teorías, los machos sigma estarían en la cima de la pirámide sociosexual, pero fuera de ella, y esto los haría irresistibles para las mujeres. En la llamada "manosfera", una región poblada de la web de la que hablé hace algún tiempo del fenómeno incel, términos como “Alfa”, “Beta” y “Gamma” se utilizan ampliamente para indicar la posición de un hombre dentro de una jerarquía social y sexual. No encuentro ningún estudio científico que confirme la existencia de estas categorías: al contrario, estas etiquetas pueden conducir a comportamientos tóxicos y estereotipos nocivos. Entonces, ¿por qué esta "teoría" se ha movido más de un metro?
¿El retrato de un hombre irresistible?
Estas son algunas características que se suelen atribuir al “macho Sigma”:
- Independiente e inconformista: El macho sigma actúa de forma autónoma, no depende de los demás y no se adhiere fácilmente a las normas sociales.
- Reservado e introspectivo: El macho sigma es misterioso, difícil de leer y propenso a reflexionar sobre los pensamientos y sentimientos internos de uno.
- Inteligente y autodidacta: Tiene una inteligencia superior a la media, piensa críticamente y aprende en gran medida mediante el autoestudio.
- Adaptable: El macho sigma se adapta fácilmente a diferentes situaciones y entornos, integrándose en diferentes grupos sin llamar demasiado la atención.
- estratega experto: El hombre sigma tiene un talento natural para la estrategia y la planificación, que utiliza para lograr sus objetivos.
Pirandello diría “Uno, ninguno y cien mil”. Cualquiera podría encontrarse (o engañarse para encontrarse) en una o más de estas categorías. Quién sabe si realmente hay alguien que los encarne a todos.
Male Sigma, un fenómeno que hay que tomar con pinzas
El fenómeno de los "Hombres Sigma" describe una sociedad en la que los hombres compiten constantemente entre sí para afirmar su superioridad. Puede que esto no esté muy lejos de la verdad, pero la civilización ha creado superestructuras y mediaciones. Controles y contrapesos que convierten a las personas en algo más complejo que una serie de etiquetas que parecen haber surgido de la clasificación de clases energéticas. Incluso las manadas de lobos no tienen estas jerarquías.
Este tipo de narrativa corre el riesgo de alimentar actitudes misóginas y obstaculizar la posibilidad de construir relaciones sanas y equilibradas. En lugar de centrarse en etiquetas como “Alfa”, “Beta” o “Sigma”, sería más útil que los hombres intentaran desarrollar su autoestima, empatía y habilidades de comunicación, cualidades mucho más apreciadas y útiles en las relaciones interpersonales. . En este momento.
Mujeres irresistibles, hombres irresistibles... Aún por ahora, quienes se aferran a estas etiquetas intentan crear una realidad alternativa en la que sentirse seguros y especiales, pero acaban reforzando estereotipos nocivos y limitantes para ambos sexos. ¿Y en el futuro? La esperanza es que la sociedad no se sature con estos modelos hasta el punto de considerar "inadaptados" a quienes no se consideran una letra del alfabeto, o a quienes no se parecen a personajes imaginarios.
Todo un problema, en un mundo donde la realidad y la imaginación se fusionarán cada vez más entre sí.