En las sociedades multiculturales de hoy, el acento no debería ser un problema, pero lo es. Y tres estudiantes de la Universidad de Stanford lo notaron cuando uno de sus amigos perdió su trabajo en atención al cliente debido a su acento.
Por tanto, decidieron hacer algo al respecto. "Nos propusimos ayudar al mundo a comprender y ser comprendido", dice. Andrés Pérez Soderi, quien es uno de los fundadores de una startup llamada sanas.
El grupo de amigos (ahora socios) incluía a un científico informático chino, un especialista ruso en inteligencia artificial, ciencias de la gestión e ingeniería y un ingeniero venezolano. El trío investigó mucho sobre lo que ofrece el mercado hoy en día, como la conversión de voz para i deepfake. Descubrieron que esta tecnología ya es bastante avanzada pero tenía un defecto precisamente en el acento.
Una inteligencia artificial que corrige el acento
"Sabíamos sobre la terapia de reducción del acento, y sabíamos por nuestra experiencia que forzar un acento diferente en uno mismo es incómodo", agregó Soderi. "Pensamos que si permitíamos que el software no corrigiera sino que tradujera el acento, podríamos hacer que la gente hablara con naturalidad".
Desde su inicio en 2020, Sanas ha demostrado ser bastante exitoso y ya cuenta con una plantilla de 14 personas.
Hoy, la startup se centra en un algoritmo desarrollado utilizando una red neuronal, que puede cambiar el inglés hacia y desde el acento estadounidense, australiano, británico, filipino y español. Y, por supuesto, también está trabajando en la adaptación de los acentos de otros idiomas como el francés.
¿Clientes? Ahí está la cola: siete empresas de subcontratación que brindan servicio al cliente están experimentando actualmente con el sistema. Es posible que pronto tengamos una conversación por teléfono con personas que parecen haber salido de una clase de dicción.